CHIAUTLA DE TAPIA, Pue.- Entre el miedo de que sus casascolapsen y la incertidumbre de su futuro, se encuentran variasfamilias en este municipio poblano, el más cercano al epicentrodel terremoto de 7.2 grados en la escala de Richter.
En el barrio de El Comix de este municipio de la Sierra Mixteca,algunas casas están inhabitables pues cualquier vibración podríaecharlas abajo, sepultando lo poco que les queda.
Hilda García Tapia, enfermera, tuvo que recuperar de entre elpolvo y el escombro del hogar que le costó 25 años de su vida,sus pertenencias, todas las que fueran posibles.
"Dios me la dio y Dios me la quitó, ¿para qué voy a ponermecon él?", expresa conteniendo las lágrimas y empacando su ropa enbolsas de plástico para ir luego en busca de una casa en la quetratará de continuar con su vida.
A escasos metros de distancia, Margarita Tapia Nájera, unamadre soltera con tres hijos, todos menores de edad, corrió con lamisma suerte, "nos hemos quedado sin nada, porque aunque todavíase ven algunas paredes de la casa, ya todo está inservible,inhabitable", lamentó.
Después del sismo, cuando llegó a su casa y encontró la paredde su recámara colapsada y varios daños en toda su vivienda,comenzó su angustia por ver en ruinas su trabajo de cinco añossin descanso.
En la junta auxiliar de El Platanar Coehtzala, a 30 minutos dedistancia de Chiautla de Tapia, dos familias también recogen deentre los escombros sus camas, ropa y enseres domésticos.
Doña Paula y Enrique Nájera, dos oriundos de esta comunidad,se aferran a las habitaciones prácticamente inservibles que quedanen sus casas, pues aunque maquinaria pesada recogió el escombrode un par de viviendas vecinas, esto es lo único que tienen.
"Cuando empezó el temblor estaba afuera pero tuve que entrarpor una niña discapacitada que tenemos y que acababa de acostarse,luego tuve que volver a entrar por la olla de frijoles para que porlo menos eso tuviéramos, porque si no, ni íbamos a tener quécomer", recuerda doña Paula.
Y don Enrique ha echado mano de un polín y una lona paraapuntalar las vigas y extender el techo de una de las habitacionesde su casa.
Todos padecen además de los daños causados por el sismo, detotal incertidumbre, pues si bien han recibido la visita depersonal de Protección Civil, ninguno sabe si recibirá algúnapoyo oficial para reconstruir sus hogares.
"Sí vino el presidente municipal (Jesús Castro Ramales) con elgobernador (Antonio Gali Fayad) y han venido de Protección Civilpero nada más nos dicen que registran los daños y nos pidennuestros números de teléfono porque dicen que nos van a llamar",explica Margarita Tapia.
JÓVENES VOLUNTARIOS APOYAN A LAGENTE
En el Zócalo de Chiautla de Tapia, jóvenes que intercambiaronmensajes en redes sociales instalaron un centro de acopio y desdeayer ya habían repartido alimentos y víveres para quienesnacieron como ellos, en este municipio de la Sierra Mixteca dePuebla.
"Somos jóvenes entusiastas, amigos, chiautecos, que queremosayudar y no tenemos relación con ningún partido político",enfatizó Milet, una de ellas.