Como un auténtico choque de trenes se espera la contienda electoral por la diputación federal en el Distrito 8 con cabecera en Ciudad Serdán, donde la estructura del Partido Revolucionario Institucional (PRI), históricamente liderada, por “Los Morales” lleva como candidato para representarlos en San Lázaro al alcalde con licencia Juan Navarro Rodríguez, pero con el dilema de enfrentar al hijo de la dinastía: Fernando Morales Martínez, quien les dio la espalda al unirse al morenovallismo y ahora es candidato por la coalición “Por Puebla al Frente” conformada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
Con amplia presencia en la región, Juan Navarro se ha posicionado como uno de los presidentes municipales que más trabajo desarrollaron durante los últimos cuatro años en la región, además de atraer turismo a la zona a través de eventos y la promoción de su demarcación.
Nacido en Ciudad Serdán, tuvo que migrar desde muy joven a los Estados Unidos, en donde trabajó por casi 20 años para después regresar a su tierra natal y postularse como candidato a alcalde en 2013, posición que logró con el apoyo de la estructura priista que tuvo de cerca en su mandato.
Sin embargo, ahora enfrenta en la campaña el cacicazgo de la región, representado en la familia Morales que lanza como abanderado al exdiputado local y federal Fernando Morales Martínez, uno de los personajes más conocidos por su amplia trayectoria bajo el cobijo del Revolucionario Institucional.
El lastre que arrastra el hijo del exgobernador Melquiades Morales es que se unió al grupo del exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas e incluso formó parte del gabinete estatal, hasta que en marzo de 2017 fue expulsado por la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI al comprobarse su respaldo a la campaña de Acción Nacional en 2016.
Ahora, como candidato de la oposición, Morales Martínez va en busca del apoyo de las estructuras políticas de su familia, en espera de que por lealtad le sirvan a su proyecto político y que las bases voten en esta ocasión por la persona y no por el partido político.
LA COMPETENCIA
A la disputa por el poder se sube también Julieta Kristal Vences Valencia, abanderada de la coalición “Juntos Haremos Historia” integrada por Partido del Trabajo (PT), Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y Partido Encuentro Social (PES), quien cuenta con el respaldo de la estructura estatal de la izquierda que en la elección anterior logró colocarse como la tercera fuerza política en el estado.
Sin experiencia en política, pero con el arrastre de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, realiza campaña pie tierra visitando casa por casa para convencer a los ciudadanos de brindar su respaldo al proyecto de nación emprendido por el tabasqueño.
En la contienda se encuentra también José Enrique Cecilio Ramírez Berriel, representante del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), quien es visto como un contrapeso para el abanderado priista toda vez que ambos partidos habían hecho mancuerna en los últimos 20 años y por ende, sus estructuras se encuentran mezcladas.
La complicación que enfrenta el también regidor —con licencia— de Industria, Comercio y Agricultura de Chalchicomula de Sesma es su constante ausentismo que evidenció durante su función en el ayuntamiento e incluso, ser señalado como partícipe de un fraude inmobiliario cometido por la Fundación de Producción Orgánica del Empleado Rural A.C. (Fupoer) que ofrecía casas a familias de escasos recursos en la región a cambio de 10 mil pesos. El caso fue llevado a litigio.
El quinteto de aspirantes se cierra con Fred Rafael Herrera Vázquez, agricultor y empresario local, hecho candidato por el Partido Nueva Alianza (Panal) para contender ex profeso en el actual proceso electoral.
Con un pasado migrante, el cual arrastra por haber salido de los Estados Unidos tras “algunas complicaciones” como él mismo lo refiere, Fred Herrera, originario de Tlachichuca, busca conectar con el electorado con su porte vaquero y sombrero de lana, por lo que en redes sociales es conocido como #EldeSombrero y su eslogan: “gente nueva, propuestas nuevas”.
Su evidente falta de experiencia en política contrasta con la estructura que lo acompaña y que lo convierte en un típico personaje político con camionetas rotuladas y reparto de propaganda a donde quiera que va.
De esta forma, la disputa por representar a la región de Serdán en San Lázaro se ha convertido en una de las principales batallas electorales de cara al domingo 1 de julio, cuando se espera una fuerte operación política de todas las organizaciones.