A cinco años del asesinato del activista defensor del agua, la tierra y el territorio, Antonio Esteban Cruz, continúa la exigencia de justicia ante lo que sus compañeros de causa y familiares, consideran: "cinco años de impunidad".
Como ya se está haciendo tradición, cada año, una misa, visita al panteón, un ritual y los discursos te vuelen parte de la conmemoración de este aniversario. En el sitio se puede leer una lápida que dice: "Antonio Esteban Cruz. Guardia y defensor de los pueblos y sus territorios".
Hay que recordar que este homicidio fue registrado como uno de los 88 crímenes más significativos de América Latina, durante 2014, según el recuento de la organización internacional Global Witness: “¿Cuántos Más?” y uno de los siete casos mexicanos más importantes en defensa de la tierra y el medio ambiente, aunque permanece sin esclarecerse por las autoridades judiciales poblanas.
A cinco años, se sigue sosteniendo la hipótesis de que el asesinato ocurrió por la disputa de un predio de 138 hectáreas en Ayotoxco de Guerrero, codiciado por grupos de poder de la región, quienes habrían contratado pistoleros para hacerse de la propiedad.
Aunque cuatro personas fueron detenidas por esta causa, sus compañeros del Movimiento Independiente Obrero Campesino Urbano Popular que forma parte de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (MIOCUP-CNPA), han acusado la fabricación de culpables, así como diversas irregularidades.
Entre éstas, destaca que no se usaron traductores de náhuatl y que hicieron firmar a los hijos del líder campesino asesinado para incriminar a cuatro personas. Para sus correligionarios este caso es un claro ejemplo de impunidad y la incapacidad de las autoridades ministeriales para hacer una investigación eficaz, incluyendo la integración de testimonios nunca dados por los testigos, así como manipulación en la narración de los hechos que no han sido aclarados.
Más de un año después, 12 de junio de 2015, empezó el juicio oral para la determinación de lo conducente en el caso, en el que Andrés y Rodrigo Esteban Mora, como hijos del fallecido, manifestaron no tener constancia de haber visto que las personas detenidas hayan asesinado a Antonio Esteban Cruz.
Aun con ello, en los reflectores internacionales, ese 2014 fue un foco rojo para los activistas medioambientales en América latina. Según la organización británica Global Witness, Honduras fue el peor país para defender naturaleza en ese año en el que 116 personas perdieron la vida por ruta contra proyecto se ponen en peligro la conservación de la tierra, 20% más que en el año 2013. De éstas, 47 muertes fueron indígenas, lo que significa el 40% de los homicidios vinculados a proyectos mineros, agrícolas e hidroeléctricos. En esta lista parece Antonio Esteban Cruz, de Cuetzalan.
Este asesinato también aparece n el "Mapa de asesinatos por represas en Mesoamérica" (2016), elaborada y difundida por el Movimiento Mexicano de Afectados por Presas y en Defensa de los Ríos (Mapder), en la que son enlistados otros siete activistas mexicanos y otros 33 latinoamericanos asesinados, según el recuento hecho por ese organismo no gubernamental de presencia internacional.