La actividad de la citricultura ha venido ganando espacio en las últimas dos décadas en Francisco Z. Mena, al grado de que ha ido desplazando a la ganadería, tanto que esta última se practica en la demarcación en un 40 por ciento, mientras que las huertas de cítricos han crecido hasta unas 21 mil hectáreas, según datos de los mismos productores.
Su vocación primaria de la región impulsa además la producción de la miel que es introducida en municipios con el objetivo de llegar a colocarse entre los principales apicultores del país.
La historia de la práctica de una ganadería fuerte en el municipio de la Huasteca poblana, el primero del norte de Puebla, se fortaleció a la mitad del siglo XX, con la actividad del ganadero más prominente que ha tenido la Sierra Norte, Reyes García Olivares, quien nació el 6 de enero de 1900 en La Mesa de Metlaltoyuca, quien de acuerdo con algunos autores, se inició en la ganadería antes de cumplir 30 años y fue en el año de 1930 cuando compró su primer rancho, “El Pocito”, después se hizo de otro rancho, denominado “El Pichiol”, como pago de una deuda que le fue saldada por el norteamericano Eduardo Cunningham Kennedy.
La creciente ola de producción y demanda de ganado en el centro del país hacía que el ganadero contratara vaqueros para el arreo de ganado desde Francisco Z. Mena a la Junta Auxiliar de Beristáin, municipio de Ahuazotepec, para embarcar en el ferrocarril las cabezas hacía el altiplano central.
Después llegó la necesidad de repartir las miles de hectáreas con las que producía leche, carne y cría de vacunos, y surgieron los nuevos ganaderos, colocando hasta la mitad de los años 80, como un municipio que más producía ganado.
Francisco Z. Mena se comenzó a transformar en los noventa
En Francisco Z. Mena se tiene un clima tropical, apto para el desarrollo de potreros con distintas variedades de pastos y diferentes razas de animales, de acuerdo con datos de los mismos integrantes de la Asociación Ganadera Local de Metlaltoyuca, se llegó a producir poco más de 10 mil de cabezas de ganado al año, incluso casi al terminar los años 80.
Entrada la década de los 90, la producción empezó a bajar, más tarde, la cercanía con el municipio de Álamo, Veracruz, calificado como “El valle dorado”, por el color de las naranjas, influyó para que, a algunos productores les empezara a interesar incursionar en la citricultura.
Pasaron casi 15 años para que el precio del kilogramo en pie de vacuno se “moviera para bien de los productores, por lo que antes fueron puras pérdidas”, atestiguó don Luis, uno de los ganaderos consultados.
Para Gabriel Beltrán, un productor de cítricos, el producir naranjas no es más fácil que ganado, sólo que permite que el productor vea su dinero junto, como producto de su trabajo cada año “y eso es lo que ha parecido atractivo el incursionar en el producto”.
Estimó que en la actualidad hay unas 18 hectáreas de cítricos en producción en Francisco Z. Mena, y explicó que en total son unas 21 mil hectáreas, sólo que las tres mil testantes están en vías de producir, pero ya no son potreros, “son huertas que no han empezado a dar”.
Contraria a la producción que se tenía en el apogeo de la ganadería, en la actualidad se estima que el municipio en cuestión, está produciendo un 40 por ciento de los resultados que se tenían antes, “aunque en cuanto a ganancias es casi lo mismo, sólo que insisto, en que el productor puede ver su dinero junto, y en el ganado va repartiendo sus ganancias durante todo el año”, mencionó.
Comparó que, así como en el ganado se tiene que desparasitar, que vacunar contra algunos padecimientos, además dando mantenimiento a los potreros; con la citricultura, también se debe limpiar, se debe fertilizar y fumigar para tener una planta sana y productiva.
Los citricultores han tenido que pasar algunos años difíciles con su nuevo producto, en algunas comunidades la producción se ha ido a la baja con la falta de lluvias y otras porque ha llovido en días que no están considerados de precipitaciones, lo que ha ocasionado que a los árboles se les caiga la floración.
Algunas huertas sufren la enfermedad del “HLV”, también conocido como el “dragón amarillo”, es una enfermedad con origen en China, este padecimiento hace que la producción se vaya a la baja, con naranjas pequeñas y deformes, “la enfermedad no las deja crecer y llega un momento en que hace que se seque el árbol”. Por el momento no hay remedio.
CONTRA LOS AGROQUÍMICOS AGRESIVOS
Gabriel Beltrán indicó que hasta el momento no se ha dado la creación de un remedio que cure los naranjos del HLV, se ha probado con algunos agroquímicos, sólo que ha salido contraproducente, pues no se ha curado un árbol, pero sí se ha acabado con las.
En este momento se está en el proyecto de transición del nulo uso de agroquímicos agresivos con el medio ambiente, dado que se quiere regresar a las prácticas ancestrales del campo.
Quien es parte de la coordinación del proyecto de transición para la eliminación de glifosato en el cultivo de cítricos, financiado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías Conahcyt, José Alberto Barrera González, coordinador transición para la eliminación de glifosato en el cultivo de cítricos. Es investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo.
Se espera que de manera paulatina se acabe la cultura del uso de los citados agroquímicos, pues cada vez se va en detrimento de la producción y de la salud de la gente, además de que se aspiró a que el Comité de Sanidad Vegetal avance en la investigación para el cuidado de la producción y los productores.
Cabe destacar que, con el uso de menos agroquímicos, pretenden conservar los enjambres de abejas y con ello lograr una importante producción de miel que pueda competir en los mercados.