A tropezones por la clausura de varios negocios no esenciales, con operativos de Protección Civil estatal, mesas de diálogo con el gobierno de Miguel Barbosa, capacidad de organización de los comerciantes del centro de la ciudad, campañas masivas en las redes sociales y prensa estatal y nacional y con medidas sanitarias para turistas y lugareños, este Pueblo Mágico parece estar de regreso tras cinco meses de confinamiento, parálisis, ansiedad y necesidades económicas provocadas por el Covid 19.
Sin embargo, de acuerdo con datos oficiales, el regreso a la nueva normalidad y el rescate de la economía local “pasó por momentos de verdadera tensión económica en sectores vitales como los prestadores de servicios, el comercio, el turismo y hasta la entrada de remesas”.
Aunque no existe un cálculo certero, un funcionario de la Comuna encargado de monitorear la reactivación de los sectores en Atlixco en medio de la crisis de salud, dijo en su momento que “es posible hablar del cierre de aproximadamente 23 negocios por la cuarentena, un 85 por ciento pequeños locales o de familias atlixquences, la pérdida de quizá 150 empleos directos, especialmente del ramo comercial y dejaron de ingresar, por temporadas como Semana Santa y verano entre 60 y 70 millones de pesos por el vacío de visitantes”.
COLGADOS
Desde hace más de un lustro, Atlixco tiene programados anualmente una serie de eventos turísticos no sólo tradicionales local y nacionalmente, también forman parte de la cultura e idiosincrasia de este municipio, el cuarto más grande de la entidad poblana. Y del primer semestre del 2020, el 90 por ciento fueron cancelados. El resto del año, se encuentran aún en ciernes por el alargamiento de la pandemia.
Por ejemplo: dos de los tres famosos tapetes monumentales de flores, el de Semana Santa y verano, dejaron de existir. Y con eso los viveristas y los negocios del centro de la ciudad, donde son colocados, no tuvieron clientes e ingresos. Y el tercero de muertos es un interrogante.
Además, los actos religiosos, como Los Engrillados, deben esperar el 2021 para salir a las calles. Eso también no generó dinero o divisas.
La Feria de la Cecina, de más de 30 mil visitantes y una derrama de 15 millones de pesos citada a finales de julio o principios de agosto, no tiene fecha para este año. Muy probablemente no se lleve a cabo. Para los aficionados, además de festejar a uno de los patrones, representa dinero para decenas de familias de la ciudad. Y en esa fila logra asomarse el Atlixcáyolt y los muchos eventos de Todos Santos. Aunque, según el edil Guillermo Velázquez Gutiérrez, podría salvarse la polémica Villa Iluminada la cual sería recorrida en automóvil. Un evento de casi un millón de visitantes y una derrama de 120 millones de pesos.
MÁSCARAS
El 7 de agosto llegó la nueva normalidad a Atlixco, tal y como ocurrió en gran parte de la entidad poblana. El desconfinamiento quedó desatado poco a poco. Y los primeros fueron los del sector prestadores de servicios: restaurantes, cafeterías, algunos bares, centros comerciales.
Detrás, muy pegaditos, el resto de negocios no esenciales. Todos, prácticamente todos. Pero antes permeó una estrategia: calles seguras en el perímetro del centro de la ciudad. Es decir, obligado uso de cubrebocas y mecanismos para evitar aglomeraciones.
Una o dos semanas después los anfitriones turísticos: viajan al centro del país y su zona metropolitana para ir por grupos de máximo 10 o 15 turistas. Todos familiares para evitar contagios. Cumplen con protocolos necesarios: mascarillas, bocinas para hablar y paseos con sana distancia. Esperan, finalmente, para septiembre la descarga masiva de visitantes a Atlixco. “A ver sí estamos preparados para evitar contagios con nuestras medidas sanitarias”, acotó uno de los propios anfitriones.
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