La contingencia por el coronavirus y las medidas de distanciamiento social para prevenir contagios afectaron a cientos de negocios, incluidos los tianguis, por lo que los vendedores tuvieron que buscar alternativas para sobrevivir. A decir de los tianguistas de la zona centro de estado, los estragos de la pandemia continúan, por lo que diariamente libran una dura batalla para mantener sus negocios a flote.
Doña Guadalupe, comerciante de frutas y verduras en el tianguis de Acatzingo desde hace 20 años, señaló que, así como ella muchos tianguistas se quedaron sin ingresos por la pandemia, toda vez que en la mayoría de los casos el puesto del tianguis es su único sustento económico.
Recordó que cuando inició la pandemia las autoridades establecieron medidas de seguridad para evitar la propagación del virus, una de estas medidas fue evitar aglomeraciones de personas y por tal motivo se cerraron escuelas, centros comerciales, restaurantes, mercados y tianguis.
Aseguró que, con el cierre intermitente del tianguis de los martes, entre los que resultaron más afectados están quienes venden comida, carnes, quesos y productos perecederos, “la mercancía se nos empezó a quedar desde antes de que decidieran cerrar el tianguis, mucha gente dejó de venir por temor a los contagios”.
Asimismo, informó que los hábitos de consumo de las personas cambiaron, por lo que dijo: “La gente dejó de comprar verduras y frutas, preferían productos enlatados y envasados para quedarse en casa, eso también mermó nuestras ventas”.
Don Pedro, quien es comerciante de fruta en el mismo tianguis, indicó que para evitar que su mercancía se echara a perder, optó por ir a los pueblos circunvecinos y con una alta voz comenzó a ofrecerla a bordo de su camioneta, “fue la forma que encontré para sobrevivir”.
Por su parte, comerciantes de ropa y chácharas compartieron que para lograr subsistir ofertaron la mercancía entre sus conocidos y amigos, otros salieron a vender casa por casa o cambiaron de giro, “yo monté un puesto de hamburguesas afuera de mi casa, y de esa forma logramos salir adelante”, dijo Mayra, madre de familia.
En tanto, vendedores de la central de abastos de Tepeaca, comentaron a este medio que desde el inició de la pandemia se han mantenido al margen de las recomendaciones de sanidad, por lo que en los puestos se ofrece gel antibacterial y usan cubreboca como medida de prevención.
Sin embargo, las bajas ventas han impactado a todos los giros. De acuerdo con el testimonio de los vendedores, el miedo a contagiarse por el virus provocó una disminución de personas que ya no acuden como de costumbre a realizar sus compras.
"Siguen bajas las ventas, aún no nos podemos recuperar, además todo está subiendo de precio y eso es lo que más nos está pegando actualmente, porque ya no vemos nuestra ganancia, sólo es para irla pasando”, contó Carmen Hernández, vendedora de ropa.
Sobre el tema, doña Estela García de 72 años de edad, vendedora de comida en la misma central, refirió que han sido días muy difíciles desde el inicio de la pandemia, pues sus ventas bajaron drásticamente.
Contó que desde que instala su puesto y hasta que deja de preparar tacos, alrededor de siete horas diarias, usa cubrebocas, gel antibacterial, incluso ha cerrado las mesas y pide a sus clientes que lo que consuman lo pidan para llevar.
De igual forma mencionó que con la llegada del virus tuvo que despedir a sus sobrinas, quienes la ayudaban en la preparación de los alimentos, “lamentablemente la economía no me permitió seguir sustentando sus salarios”, dijo.
Sobre el tema, en la central de abasto de Huixcolotla, los comerciantes puntualizaron que tienen personal que se encarga de supervisar que todos los puestos cumplan con las medidas de higiene establecidas por la Secretaría de Salud.
Especificaron que todos los puestos tienen letreros que indican la disponibilidad del gel antibacterial, el uso obligatorio de cubrebocas, además de letreros que reiteran la necesidad de que se mantenga la sana distancia en todo momento.
Puntualizaron que el COVID-19 no sólo impacto las ventas sino la vida de muchos de los comerciantes, pues, las pérdidas humanas fueron muchas y ello, obligó a los negocios a reestructurarse.
“Definitivamente hay un antes y un después del coronavirus, ha sido difícil adecuarnos a la nueva normalidad”, concluyeron.
COMERCIO ELECTRÓNICO
La presidenta del Consejo de Mujeres Empresarias de Acatzingo, Lorena Barrales Honorato dio a conocer que 7 de casa 10 negocios en este municipio mudaron a Internet durante la contingencia sanitaria por el Covid-19.
"Comenzaron a vender productos, servicios y alimentos por las distintas plataformas en línea, tuvieron que contratar a expertos en el tema para lograrlo, pero sí les dio resultado".
Barrales Honorato señaló que los servicios se comenzaron a ofertar a través de Instagram, Facebook y Tik-Tok, además de la venta de alimentos a domicilio tuvo una gran respuesta a través de redes sociales.
"Los comercios grandes y pequeños encontraron en Internet una gran oportunidad, no sólo para sobrevivir durante la pandemia sino para llegar a más clientes potenciales, el comercio electrónico es una realidad y llegó para quedarse".