Felinos, habitantes y aves migratorias que escogieron este lugar para vivir, así como “perros de agua” que son insignia de la zona y una conservación que aún se puede presumir, es parte de lo que encierra el Área Natural Protegida de la Cuenca Hidrológica del río Necaxa.
Fue en el sexenio del presidente Lázaro Cárdenas del Río, cuando se decretó la conservación de los recursos por la presencia del Sistema Hidroeléctrico Necaxa. En un principio se declaró “Zona Protectora Forestal Vedada Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa”, desde el 20 de octubre de 1938.
Hace unos 21 años, el 9 de septiembre del 2002 fue decretada como “Área Natural Protegida de Competencia Federal, con la categoría de Área de Protección de Recursos Naturales”. Contempla una superficie de casi 42 mil hectáreas, distribuidas en 13 municipios, 11 de Puebla y dos del estado de Hidalgo, siendo Huauchinango la demarcación con mayor territorio dentro del polígono.
Para el director del área que administra la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Elimelec Anzures Vázquez, la zona es catalogada de “buena conservación”, pese a que tiene en su interior comunidades densamente pobladas como Huauchinango, una fracción de Xicotepec y Nuevo Necaxa, además de otras poblaciones que no han logrado ejercer una presión considerable al bosque.
Entrevistado para El Sol de Puebla con motivo del Día Mundial de la Conservación del Suelo, explicó que este sitio enfrenta un fenómeno que está presente, es la denominada “seca verde”, porque el paisaje luce de color verde, contra la escasez de agua por falta de lluvias, las consecuencias son árboles tristes o estresados y falta de agua en los manantiales, todo por el cambio climático.
Seis especies de felinos
El funcionario federal subrayó como prueba de la conservación, el registro de la visita y permanencia de seis especies de felinos que hay en el país. Se han identificado huellas y excretas de jaguar, se cuenta con imágenes de cámaras trampa del puma, hay registro de avistamiento del tigrillo y aquí el biólogo de profesión se detuvo para subrayar que el tigrillo u ocelote, es un animal muy sensible que, si no hubiera una conservación como la hay, simplemente no permanecería.
Uno de los felinos con mayor avistamiento y presencia es el jaguarundi, mismo que tiene una “parte muy delgada de su cuerpo y una cola alargada, es de color negro, pero también se le puede ver de color grisácea, rojiza y café”.
El funcionario federal explicó que los felinos son los que están en la parte más alta en la cadena alimenticia, por lo que es otra muestra de que los animales que está debajo de ellos, también tienen presencia, como tejones, mapaches, tuzas, tlacuaches, entre otros.
Nutria, insignia de la zona
En un proyecto de la misma comisión nacional, estuvo la colocación de cámaras trampa para el avistamiento de animales salvajes. Uno de los que encabezaron el proyecto fue Jesús Hernández Ortega, quien compartió con este medio de comunicación dos imágenes de la nutria avistada en un afluente que alimenta el río Necaxa, a la altura del municipio de Tlaola.
Explicó que es difícil fotografiar a la nutria pues se “asoma” en lugares de difícil acceso, incluso para colocar las cámaras trampa. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Natrales cuenta con registro de nutrias en el mismo afluente y, de manera más densa, río abajo.
230 especies de aves
Aun cuando hay presencia de varias especies cuyo avistamiento podría ser un atractivo para el turista, lo cierto es que no es fácil mirarlos, “las aves sí es posible verlas, por las mañanas o por las tardes”, recomendó Emelec Anzures.
Otra recomendación que dio fue asistir en compañía de uno o más guías de turistas certificados, dado que es más fácil llegar a los puntos donde se pueden apreciar algunos caminos, brechas, veredas o incluso desde las aguas de la presa de Necaxa.
Entre los meses de octubre a marzo de cada año, es la temporada indicada para poder avistar, entre otras, el águila pescadora a la que se le considera migratoria, sólo que algo le gustó de la zona que ya se ha detectado hasta su reproducción.
Hay otras aves como la cuatotola, el papán que antes no llegaba por estos rumbos, sólo que el clima ha cambiado y al hacerse más caluroso llega ésta y otras aves de climas tropicales.
Las presas
El sistema hidroeléctrico cuenta con cinco presas, una de las más atractivas para el ecoturismo es la de Necaxa. Todas tienen la característica de que sus aguas al estar en constante movimiento, “no concentran contaminación”, sumado a lo anterior, en la región no hay algún corredor industrial que contamine las aguas con metales otras sustancias agresivas como, alguna industria textil y como consecuencia, las descargas que llegan a las presas son de sustancias degradables en su mayoría, opinó el profesionista.
Sobre las aguas de las presas hay un estigma por supuesta contaminación, acto que ha afectado a los pescadores de la región y ha provocado que el producto de su pesca tenga más éxito en las afueras que en el interior del Área Natural Protegida (ANP).
Elimelec Anzures citó que hay estudios de manera periódica por laboratorios certificados y sus resultados demuestran que no hay contaminación dañina para el consumidor de peces criados en el lugar “yo he comido peces de ahí y no hay ningún problema”, aseguró.
En las presas hay Cormoranes, Martín pescador, además del águila pecadora, además de gran variedad de patos, garzas y hasta pelicanos. En el lugar las aves han encontrado comida y tranquilidad porque no hay gente que las moleste.
En cuanto a la flora y su preservación, hay lugares en donde se ha cambiado el uso de suelo, de presencia de bosque al uso con fines de la floricultura, incluida la producción de follajes y árboles para el festejo de la navidad, sin embargo, con estos cambios no se ha alterado de manera drástica el suelo, pues “sigue habiendo cobertura y retención de suelo, aunque son especies distintas”, consideró el director del área.