En el tema de las políticas públicas de cuidado del agua tenemos un poco más de 10 años de retraso, porque desde ese tiempo ya se sabía que había un problema de sequía grave en el país y el estado, señaló el activista en temas ambientales Gerardo Pérez Muñoz, al señalar que en los últimos tres años esta problemática ha ido creciendo.
Para el ambientalista poblano-serrano, así como ha ido creciendo la depredación de los bosques y el agua, no hay programas sistemáticos e integrales, carecen de suficiente personal, así como de recursos para reforestación ni en Puebla ni en ningún otro lugar del país.
"Si uno revisa lo que va a recibir – de presupuesto – la Comisión Nacional Forestal este año, realmente es muy poco. En un informe que dio a conocer por la Universidad Nacional Autónoma de México, la cifra de tala de bosques es de 500 mil hectáreas por año que se están deforestando. Hay otros estudios que solamente hablan de alrededor de 230 mil hectáreas en los datos oficiales", señaló el entrevistado.
Al hacer un comparativo señaló que alrededor de 300 mil hectáreas son deforestadas anualmente, a lo que se suma la presencia del crimen organizado en la tala ilegal de árboles y abre otra dimensión de esta misma problemática.
"En el tema del cuidado del agua es como querer tratar a un enfermo terminal de cáncer, con grandes y graves metástasis, con mejorales, aspirinas y curitas, con remedios caseros porque no hay política serias y estructurales en el tema socioambiental y ecológico que sea integral y transversal”, refirió.
Para el activista todo está segmentado, “por un lado, las dependencias ambientales con sus propias perspectivas y por otro lado la Secretaría de Economía expidiendo permisos mineros y la Conagua dando permisos de agua como su fueran larines (objetos que servían como monedas), no hay una línea en términos generales para atacar la problemática", refirió el también fundador de la revista Colibrí: Publicación en Lenguas Originarias.
Chignahuapan está declarado en sequía severa
Pérez Muñoz abundó que en Puebla, por ejemplo, se secó un acuífero, el de la comunidad de Acuexcomac (en la junta auxiliar de San Pedro Cholula), “que por cierto, se los arrebató Manuel Barttlet en 1993 a la comunidad y no pasó nada en términos sociales. Solo se publicó la noticia ¿Y los defensores del agua y del medio ambiente? Permanecieron en silencio total”, dijo.
En esos tiempos, recordó, se tuvo que traer agua de las tres Cholulas para abastecer la capital poblana y hoy, esa comunidad no tiene agua por sí misma. En la cuenca Libres-Oriental, la población no permitió que se llevarán su agua a la ciudad, según explicó.
A pregunta expresa sobre lo que representaría que municipios como Chignahuapan estén declarando en sequía severa y Ahuazotepec en sequía moderada, señaló que la cuenca que abastece Zacatlán y otros municipios de la Sierra Baja, nace en el municipio hidalguense de Acaxochitlán.
Ahí está ocurriendo una desforestación y tala inmoderada muy agravada, lo que suma al impacto ambiental que se tiene que sumar la explotación minera del feldespato y su impacto socioambiental en la zona, para entender lo que sucede en este municipio famoso por sus esferas, impacto que suma la deforestación de los bosques de niebla en esta demarcación poblana y que se extiende hacia la zona de Tetela de Ocampo, más las granjas agrícolas que hay en Aquixtla.
"Todo esto modifica el ciclo del agua, también modifica el biorritmo de la naturaleza en estas regiones; muchos pensadores e investigadores han llegado a la conclusión de que el ser humano es ecocida por naturaleza, pero en realidad es la maquinaria del capitalismo salvaje aunado al hiperconsumo de un sector de la sociedad en el que vivimos y la idiotez de la gente que ya han naturalizado estos fenómenos y sigue con su vida normal, no se da cuenta de que el destino ya nos alcanzó", puntualizó.
Aunque no todo es tan adverso, hay cosas que todavía se pueden hacer, desde su visión, por ejemplo, en el acuífero de la ciudad de Puebla, que surte a 14 o 15 municipios, entre ellos la capital poblana, bastaría con que se aplique la regulación que la misma ley de la Conagua, para que no se instale una industria o comercio importante en el acuífero del valle de Puebla por 10 años.
Diputados no emiten nueva Ley del Agua
Decisión que puede tomar el presidente de la República y que se puede hacerse en varios acuíferos en donde se esté amenazando ya con secar presas, aguajes o jagüeyes. Lo ve difícil porque, a contrapelo de lo que es la propaganda de la 4T, en cuanto al agua, siguen privando los intereses económicos sobre los políticos, que han doblegado a los poderes políticos federales, estatales y municipales.
Y para argumentar este dicho, retomó la modificación que tuvo el artículo cuarto de la Constitución Política Mexicana, en el párrafo sexto, que habla sobre el derecho al agua, los diputados tenían un año para la promulgación de una nueva Ley del Agua, y, a pesar de varios exhortos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a 10 años, no hay nada aún:
“Pero el problema se ha agudizado, por eso no sorprende lo que sucedió en Chignahuapan”; presumió que, si realmente fuésemos una sociedad de leyes; por omisión, ya varios funcionarios estarían en la cárcel y ya no estarían en sus cargos, sobre todo por la omisión de prevenir las cosas desde hace 10 años, tiempo de retraso en que los diputados federales y senadores debían haber promulgado esta ley y no ha ocurrido: "esta es la prueba palpable de la subordinación del poder político".
Al tiempo en que enlistaba estas empresas, pasando por cerveceras, mineras, automotrices, etc., también detalló que el crecimiento urbano desordenado que habido en municipios como Chignahuapan y Zacatlán, mientras que en municipios como Ixtacamaxtitlán, Zautla, Tetela de Ocampo y otros donde las comunidades indígenas lograron frenar los proyectos mineros que se querían instaurar en esos territorios, se debió a los movimientos sociales que están ahí y que no existen ni en Zacatlán ni Chignahuapan, que no mueven "sociedades que no mueven ni un dedo para defender sus bienes comunes".