A seis meses de distancia del terremoto del 19 de septiembre, prácticamente la reconstrucción en este municipio está detenida; los damnificados por esta catástrofe han salido adelante principalmente por su cuenta y por el apoyo de los vecinos.

Las calles de la cabecera municipal están intransitables ya que el escombro de la demolición de algunas viviendas obstruye el paso. A medio año del suceso, las fachadas de las viviendas dañadas siguen sin cambios significativos.

Las familias de los señores Alejandro Torre Alba, Jerónimo Castró Pérez y Arturo Covarrubias son algunos ejemplos de que los pobladores de este municipio no han esperado las ayudas gubernamentales sino que han iniciado por cuenta propia.

El primero de ellos, quien es pensionado de la empresa Bimbo, contó que él y su esposa han tenido que llevar a cabo la demolición de su casa afectada y los primeros trabajos de reconstrucción de su vivienda, con un préstamo de 60 mil que solicitaron, y es que refirió que aún no les llega los recursos gubernamentales porque la tarjeta Bansefi salió a nombre de su suegra, quien ya falleció.

“Lo que se está haciendo lo estamos haciendo por cuenta de nosotros porque cuando vinieron a hacer el censo pidieron el nombre de quién está en las escrituras, entonces estaba a nombre de mi suegra”, dijo el señor.

El préstamo solicitado por esta familia ha sido suficiente, por lo que esperan a corregir el nombre del beneficiario de los recursos para continuar con la construcción. El señor Torre Alba dijo que por lo mientras están viviendo en una casa rentada, cerca de lo que era su vivienda original, ubicada en la calle Porfirio Díaz.

En tanto, el joven Castro Pérez contó que tiene que vivir prácticamente en hacinamiento, y es que explicó que la mayor parte de su vivienda, que es de su padre, tuvo que ser demolida, por lo que viven cinco integrantes de su familia en dos cuartos que fueron los que no resultaron dañados por el movimiento telúrico.

Mientras pisaba los escombros de lo que fuera su hogar, el varón dijo no tener conocimiento si su padre ya había recibió el apoyo del Gobierno.

Contó que se dedica a ayudar a los albañiles a la construcción de las nuevas viviendas, trabajo por el que recibe menos de 200 pesos diarios.

Por su parte, el señor Arturo Covarrubias reconoció que los recursos que está recibiendo de la Federación son insuficientes para construir la casa que tenía antes del sismo del 19 de septiembre, por lo que dijo que está desembolsando recursos para levantar su nuevo patrimonio.

Al final, se quejó de que las autoridades de Sedatu se ausentaron muy rápido del municipio y de que no hayan cumplido su promesa de llevarse el escombro de su vivienda.