A pesar de las condiciones adversas en las que viven en Estados Unidos, el 30 por ciento de los poblanos que se han ido en busca del Sueño Americano ya no tienen deseos de regresar al pueblo donde nacieron, reveló Jairo Guzmán, presidente de la Coalición Mexicana para el Empoderamiento de Jóvenes y Familias.
Sus cifras hablan del alcance de esta organización ubicada en la región sur del Bronx norteamericano: entre 7 mil 500 y 8 mil migrantes, de los cuales el 60 por ciento son mexicanos, es decir, más de 4 mil, de los cuales, alrededor del 50 por ciento son poblanos; le sigue la población de guerrerenses y, en un número menor, oaxaqueños.
En entrevista puntualizó que su prioridad es atender a la población inmigrante que no tiene documentos por el impacto que tienen el acceso a la salud, educación, el trabajo, etc. Apoyan también con asesoría legal para que los migrantes sepan cuáles son sus derechos cuando llegan a Nueva York, una de las ciudades más caras del mundo.
A esta parte de los Estados Unidos llegan inmigrantes de muy escasos recursos. Allá los dormitorios se comparten en cinco o seis familias. El 57 por ciento de los migrantes ganan menos de mil dólares mensuales, lo que resulta insuficiente si se considera que la renta de un modesto lugar en los barrios pobres del Bronx es de mil 300 dólares mensuales, contrastó el entrevistado.
"El 36 por ciento de las personas se sienten aisladas, el 37 por ciento no tiene un estatus migratorio que le permita trabajar o encontrar un trabajo adecuado", dijo el activista.
LA MINORÍA MÁS POBRE
Jairo Guzmán destacó que la población mexicana es la minoría más grande en esta parte de Estados Unidos, a razón del 88 por ciento de la Población Económicamente Activa, sin embargo, la más pobre de las minorías, de ahí el trabajo de esta organización para buscar las oportunidades de trabajo mejores. Lo que suma que el 35 por ciento de estos mexicanos no solamente sobreviven en el Bronx, sino también apoya a su familia en México.
Según sus cifras, la mayor parte de los emigrantes son de Chignautla, Tehuitzingo y Atlixco, con quienes más contacto tienen; están explorando cómo los pueden apoyar, incluyendo convenios complacientes municipales, para la colaboración para identificar proyectos de atención académica y llevar Internet a esas regiones, por ejemplo, para que los migrantes tengan comunicación con sus familiares; aunque siguen otros proyectos como la búsqueda de trabajo, través de proyectos productivos para que no se vean en la necesidad de salir de Puebla.
En relación a la complicación de los temas legales que enfrentan los migrantes, tuvo tiempo para contar una de las historias que más le impresionado: es el caso de un señor de la tercera edad que tuvo gemelas, su condición humilde le orilló a sólo registrar a una de ellas en uno de los programas de aquel país, usando sus mismas actas de nacimiento y otros documentos, incluso las llamó igual, ahora que tienen alrededor de 18 años, el reto es registrar a la otra para que tengan sus documentos y todo lo que ello implica.
El ejemplo es una historia de las problemáticas que enfrentan los poblanos: 35 o 40 por ciento está indocumentado en Nueva York, no tiene como identificarse como mexicano o poblano. Por si fuera poco, hasta el 40 por ciento tiene problemas, por ejemplo, en su acta de nacimiento.