"Dios nos castiga", aseguran indígenas ante falta de lluvia para sus cosechas

En las sierra norte de Puebla se realizan una serie de rituales destinados a solicitar a la tierra permiso para la siembra

Edgar Barrios/Xochitlán de Vicente Suárez

  · lunes 27 de mayo de 2019

Foto. Cortesía

Los dos meses sin lluvias, la onda de calor y los incendios no solo han afectado los cultivos de maíz y café de seis municipios de la Sierra Norte de Puebla, sino que también están afectando la cosmovisión indígena nahua de esta región.

De acuerdo con indígenas de la región, este período de sequía ha afectado a los municipios de Tepango de Rodríguez, Zapotitlán de Méndez, Huitzilan de Serdán, Zoquiapan, Nauzontla y Xochitlán de Vicente Suárez. Indígenas de esta última demarcación señalaron que estos municipios están en la zona baja de la Sierra, lo que hace que el maíz "salga" primero que en las partes altas, lo que implicó su afectación por estos fenómenos climáticos y quemas.

"Dios nos castiga, pero no tenemos nada que ver con el daño que le están haciendo a la naturaleza… quienes se lo están haciendo son otros, nosotros no, pero a nosotros ya nos castigó con nuestras cosechas de maíz y café", comentó una anciana nahua sobre este tema.

El trasfondo de su declaración es simple: En los pueblos originarios mexicanos, sobre todo los del centro y sur del país, el maíz no solamente es un alimento imprescindible en la dieta, sino que guarda una estrecha relación entre su cultura e identidad toda vez que forma parte de su organización social, historia, sistema ceremonial y hasta su cosmovisión.

No solamente es un elemento importante en la economía familiar. En cuanto a la organización social que genera el maíz empieza por la división del trabajo entre hombres y mujeres, en el cultivo o las estrategias de intercambio de trabajo colectivo destinado a la preparación de los terrenos, la siembra, la cosecha que genera cohesión social.

Esto sin hacer a un lado la diversidad de ceremonias y rituales vinculadas a la producción, consumo y bendición de la semilla. Incluso de una serie de rituales destinados a solicitar a la tierra permiso para la siembra, la petición de la lluvia para su crecimiento y hasta el agradecimiento por los otros cosechados.

"Está cabrón dimensionar el daño, tenemos dos meses sin lluvia y, por lo pronto, en Xochitlán las comunidades de Pahuata, Huapalegcan, Tzontecomatan, Chicuasencuahutla, Xicalxochico, Xalticpac, ahí ya estamos en tragedia porque maíz es nuestra vida, es nuestra deidad, es nuestro espíritu", dijo al tiempo en que señaló que, este jueves llovió, pero que el daño ya está en cientos de hectáreas.