Chignahuapan.- Las historias, la pasión y la disciplina que hay tras bambalinas del festival "Luz y Vida", uno de los más importantes atractivos turísticos durante el día de muertos en este Pueblo México, es lo que aporta el documental "Almas" realizado por la chignahuapense Lizeth Cortés, con el apoyo de Alexa Espinoza y Karen García.
Las tres jóvenes son recientemente egresados de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, por parte de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla: "el documental busca que valoremos lo que hay detrás de este festival cultural que se ofrece, año con año, así como reconocer el trabajo de todos los que participan", confió Lizeth, la directora de este documental, en entrevista.
Aporta una mirada que no es fácil de apreciar cuando se ve el producto final en la puesta en escena; muestra todo el trabajo que requiere este importante festival: "vemos el festival pero no todo el esfuerzo que las personas hacen para poder realizarlo", dijo al tiempo en que, secundada por sus compañeras de proyecto, resaltaban la pasión y la lealtad que tienen cada uno de los integrantes para la realización de este espectáculo, a esta tierra y a la cultura chignahuapense.
Para la entrevistada, es de destacar el sentido de pertenencia que tienen todos los participantes por su tierra y que quede plasmada que, si se ve bien en cada una de las representaciones, es más profundo escucharlo de viva voz de cada uno de sus protagonistas.
Incluye elementos que pueden sorprender al espectador de este documental por los detalles que incluyeron, por ejemplo, que al impulsor de la idea original ya no me tocó ver la materialización de su idea y que hoy ya tiene reconocimiento a nivel nacional, de ahí que este documental incluyó a Eduardo Arroyo.
También es de destacar la conjunción de las generaciones actuales con esas tradiciones, es decir, incluso ya se abre nuevas brechas generacionales, considerando lo difícil que es que las nuevas generaciones se interesen por eventos culturales: es muy bonito ver esta complicidad, dijo Alexa, en entrevista.
Destaca la participación de un niño de entre ocho y 10 años, es que suele disfrazarse de jaguar y que participa en este festival, dada la influencia que ha tenido por ver a sus padres participar, que para las tres realizadoras llamó la atención porque a pesar del peso de ser la atracción del gran número de asistentes y lo que implica el rol de su participación, el niño se comporta a la altura, estando conscientes del papel que juega y el peso que tiene.
También destacaron la importancia que tiene la labor de Miguel López, un arquitecto que asumió el papel más importante en la realización de este festival, tras la muerte de Eduardo Arroyo: "nunca se rindió, aun cuando a veces tenían que ir, casa por casa, pidiendo apoyos, porque el presupuesto no alcanzaba; me tocó empezar con cosas muy sencillas y, ahora, su entrega se ven este evento, que – al igual que con otras personas que se sumaron a este proyecto – hoy ya dejaron atrás esos tiempos de dificultades", confiaron las entrevistadas, mientras resaltaban la mayor calidad que van logrando este festival, con el paso del tiempo.
Aunque, por su edad, ya no puede participar como lo hacía en antaño, sigue trabajando – año con año – con la misma entrega. El documental vivo poco más de dos años su realización, iniciada en agosto de 2021, sólo la carpeta de producción llegó un año; contó con el apoyo de "Polos virtuales", lo que sumó asesorías gratuitas por parte de expertos documentalistas y de varios recursos del Instituto Mexicano del Cine (Imcine); fue hasta la edición de 2022 de este festival cuando iniciaron las grabaciones que fueron la antesala para, alrededor de cinco meses de posproducción.
Así, las anécdotas de realización incluyen que fue sufragado enteramente con presupuesto propio; usaron computadoras de la universidad para poder realizar la edición, porque ninguna de sus computadoras contaba con las características que facilitara la instalación de los programas utilizados, así como el manejo de los archivos de vídeo: "tuvimos que agarrar lo que había, incluyendo maximizar el tiempo de uso de las computadoras, porque por la gran cantidad de alumnos, el tiempo de acceso a estos era muy limitado", confiaron.