Solo seis de cada 10 trabajadores formales poblanos cuentan con ingresos suficientes para cubrir su línea de bienestar, reveló un estudio de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
El indicador, actualizado hasta el primer trimestre de este año por el sindicato patronal, advierte que el 61 por ciento de la población del estado ocupada en el sector formal dispone de un salario que cubre sus necesidades. El 39 por ciento, más de un tercio, no.
Puebla es así la quinta entidad federativa con peor desempeño en este indicador, tras Estado de México (donde únicamente un 53 por ciento de los trabajadores subsiste con dignidad gracias a una profesión formal), Querétaro (52 por ciento), Ciudad de México (52 por ciento) y Morelos (41 por ciento).
Michoacán, Nayarit y Chiapas son, en contraste, según el indicador formulado por la Coparmex con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), los estados con mejores condiciones laborales desde esta perspectiva.
“Lo construimos a partir del número de trabajadores que se encuentran en el sector formal y que cuentan con ingresos suficientes para cubrir la línea de bienestar, es decir, que pueden adquirir la canasta alimentaria y no alimentaria”, explicó la confederación empresarial. “Una vez identificados los trabajadores formales y que pueden tener una vida digna, los dividimos entre el total de trabajadores formales”.
La Coparmex quiere que en 12 años, en 2030, el salario mínimo diario de un mexicano oscile entre 162.35 y 194.68 pesos. En la actualidad, dicho recurso asciende a 88.36 pesos. “Este indicador se relaciona con el eje estratégico de Desarrollo Social. Coparmex impulsa la necesidad de contar con un Acuerdo Nacional por una Nueva Cultura Salarial, mediante la cual, entre otras acciones, se propone homologar el Salario Mínimo General (SMG) a la línea de bienestar urbana establecida por el CONEVAL, y para el 2030 un SMG suficiente que satisfaga las necesidades básicas de una familia promedio”, recordó.