El copal es un elemento importante que no puede faltar en la ofrenda en el Día de Muertos, tiene sus antecedentes desde la época prehispánica, cuando era indispensable para rituales a dioses, limpias, funerales, uso medicinal, entre otros. Este es un producto que se da de manera natural, en los árboles de copal en distintos parajes de esta región, su recolección se ha vuelto una tradición.
Un incienso cien por ciento natural y cultivado de manera silvestre, como otras especies importantes en la gastronomía y de uso medicinal, se encuentran en el territorio de Juan N. Méndez, que está contemplado dentro de las 3 mil hectáreas, que forman parte de la reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán.
El olor del copal que se da en esta zona, es más intenso y perdura más que otros inciensos que se comercializan. A decir de Aniceto Miguel Soriano, vecino de este municipio, su aroma se queda impregnado en la casa hasta por más de dos días.
“Las personas salen a buscar en los árboles de copal la goma que es la que desprende el aroma, también los que van a cuidar su ganado lo recolectan y se llega a vender hasta en 250 pesos el kilo”, contó Aniceto Miguel.
¿Cómo es el árbol del copal?
El árbol del copal es de tallo rojizo, con hojas muy pequeñas crecen en regiones cálidas y secas, entre sus ramas desprende una goma chiclosa y con una fragancia muy especial.
Aniceto Miguel, comentó que el copal por lo regular se encuentra todo el año, pero es en esta temporada es cuando más personas se ocupan en la recolección, ya sea para venderlo o para uso en la casa.
“Aquí por más algún vecino o familiar que haya recolectado, preguntando nos informamos y nos venden desde 10 o 20 pesos, nada más lo que ocuparemos en Todos Santos”, compartió Miguel Soriano.
Aunque agregó que este incienso es de vital importancia en las limpias; debido a que cuando no hay explicación de algún malestar ya sea de un adulto o pequeño, se realiza una limpia y hay una mejoría.
Desde copal, hasta plantas comestibles y curativas, en la reserva de Juan N. Méndez.
En este municipio se encuentran diversidad de plantas y animales en peligro de extinción, por ello 3 mil hectáreas de su territorio están dentro de la reserva de la biosfera Tehuacán-Cuicatlán, informó el alcalde Guillermo Gregorio del Rosario.
Por su parte Aniceto Miguel, detalló que entre las plantas están: el laurel, orégano silvestre, valeriana, árnica, tomarreal, pericón, palo dulce, etc., algunos para el guiso y otros como un remedio curativo.
En cuanto a los animales en peligro de extinción, se encuentran el tlacuache mapache, gato montés, venado, tigrillo de monte, zorrillo y el coyote.
Por último, indicó que integrantes de bienes comunales, cuidan de los montes, para que se evite el saqueo de cactus o alguna otra planta endémica o simplemente daño a la naturaleza.
EL COPAL, GUÍA DE LAS ALMAS
El término copal deriva del vocablo náhuatl “copalli”. La creencia de quienes queman el incienso, le dan un sentido más espiritual, además sanador cuando se utiliza en limpias, por algún malestar físico que consideran que tiene explicación.
De acuerdo a información del grupo Anahuaca de ciudad de México, fundadores de los grupos de danza Azteca y Mexica para preservar la cultura, el Popochcomitl- vasija que humea mucho o tlemaitl- brazo de fuego o mano de fuego es un instrumento sagrado que se utiliza en las ceremonias de origen antiguo, y que se utiliza aún en la actualidad como forma de purificación.
Además que indican que el copal tiene muchos beneficios, por ejemplo evita el dolor de cabeza: su aroma, a pesar de ser penetrante, es un excelente relajante para aliviar el dolor de cabeza, además, ayuda a regular la presión arterial y a calmar los nervios. Induce al sueño: si no puedes dormir, encender y oler un poco de copal te ayudará a pasar una mejor noche sin insomnio entre muchas cosas más. El copal no es un aroma cualquiera, se ha utilizado por siglos en diferentes culturas al considerar que purifica el ambiente, además de que se usa como agradecimiento u ofrenda en diferentes rituales.
Los dioses se sahumaban con copal varias veces al día, en cada caso los sacerdotes dirigían el humo aromático hacia los cuatro rumbos cardinales y al sol, en un acto ritual de ofrenda de diversos elementos: flores, copal, hule, papel, comida, plegarias, para convocar y honrar a los dioses y que ellos respondieran a este culto con beneficios para la sociedad.
