Criollo o de cáscara de papel, el aguacate que no se vende para el Super Bowl es un producto originario de México y países de sudamérica, cuya característica es que su cáscara es comestible y su consistencia es cremosa.
Se trata de un tipo de aguacate que, aunque es tradicional y elemento característico de la comida mexicana, ha sido rebasado por el aguacate hass que es mayormente vendido en los mercados y supermercados, pero cuyo sabor es más suave.
El aguacate criollo que, en su mayoría crece en los patios de las viviendas o en terrenos baldíos, tiene una obtención abundante durante los meses de febrero, marzo y abril, pero solo es aprovechada por los lugareños y algunos campesinos, quienes de igual manera eligen venderlo entre familiares y vecinos, por lo que su producción tampoco es contabilizada.
Existen otras variedades de aguacate de menor tamaño, los cuales tienen mayor valor en el mercado, debido a que son considerados como propio de la región y que contiene mejor sabor al resto de las variedades que llegan para ser comercializadas, siendo, por tanto, la gente del campo quien instala puestos o acude a los tianguis para lograr su comercialización.
A pesar de los esfuerzos que trabajadores del campo dedicados a la producción de aguacate en municipios de Puebla y en regiones como la de Atlixco y la Sierra Nororiental, quienes han pretendido exportar este producto a otras regiones del país, no han logrado mayor trascendencia, debido a diversos factores, teniendo como única alternativa, comercializarlo a nivel local y en ocasiones rematando la producción.
Clima afecta su desarrollo
Cabe destacar que, si bien es estado no es caracterizado por la exportación de aguacate, son trabajadores del campo, quienes han optado por introducir en los últimos años este fruto a los campos de cultivo, lo cual no ha tenido mayores resultados, debido al clima o inclusive por las heladas registradas en zonas altas, afectan el desarrollo de las plantas y del producto.
Es importante destacar que, debido a dichas condiciones climáticas que afectan el desarrollo de este fruto, la producción se ve retrasada hasta mediados del mes de marzo, lo que es considerado por los productores como uno de los factores principales para impedir su comercialización hacia otros destinos del país o de los Estados Unidos.
Los productores han visto como única alternativa su comercialización a nivel local y regional, los cuales comúnmente optan por vender sus productos a tiendas de abarrotes, dentro de colonias, barrios, comunidades y municipios cercanos, en los cuales obtienen algún tipo de ganancia, ello a pesar de que se trata de productos con buen sabor, aunque no con el tamaño y calidad que es requerida en mercados nacionales o internacionales, como el que proviene de otros estados de la República.