Amarres por la vía de ofrendas, rituales que llevan un pedimento o gratitud, de manera especial con la intención de que llegara la lluvia, tal pareciera que tuvieron efecto, una lluvia vespertina sorprendió a propios y extraños de la zona media y alta de la Sierra Norte de Puebla.
Los rituales se realizaron en la cueva emblemática llamada: “Tempas” que algunas acepciones llevan del nombre a “barba larga o barbón”; la cueva está en los terrenos de la Junta Auxiliar indígena de Metztla abajo, municipio de Naupan.
Unas 200 personas, hombre y mujeres llegaron a la zona de rituales, una amplia cueva que cuenta con varias entradas y salidas, que en su interior obscuro anidan murciélagos y por lo que abunda el guano y se torna resbalosa y riesgosa para caminarla, es estrena en algunas partes, por lo que, para bajar en su interior en algunos puntos, se debe utilizar una cuerda y ajustarse a suelo para entrar entre las impresionantes rocas.
Hubo quienes se concentraron en el ritual, otros a la exploración de la cueva, por lo que fue importante contar con calzado y ropa apropiada, además de portar alguna lámpara para poder guiarse.
Hubo tlamatkis que se encargaron de ofrendar, pidieron por la salud del pueblo y la pronta caída de lluvia para el beneficio de todos, al igual que se agradeció a la madre tierra por las bondades para sus hijos, la humanidad.
Es espacio fue propicio para una práctica de los estudiantes de cursan la Universidad Intercultural del Estado de Puebla, UIEP que está en Huehuetla, un contingente de aprendices que cursa la carrera de Turismo Alternativo llegó para saber del excursionismo, el desplazamiento y las medidas de seguridad en terrenos difíciles.
El perímetro es un área de visita, especialmente el 24 de junio relacionado con el ciclo agrícola.
Mientras que en muchos lugares celebraban a la usanza cristiana el día de San Juan, en la cueva “Tempas”, se concentraron los rituales ancestrales, los creyentes de la iglesia cristiana indicaron que asistir a la cueva no es ir contra el catolicismo u otras religiones que llegaron con los europeos a Mesoamérica, refirieron que en la biblia se especifica que “Juan el bautista vivía en una cueva”, por lo tanto, porqué sería malo asistir a una cueva.
Por otro lado, reconocieron que ir a hacer “oración a la cueva es bueno porque la gente se unió a pedir por el bien de todos y entre esto está la llegada de la lluvia ante la predominante seca y exceso de calor.
En total los visitantes de la cueva tuvieron que caminar casi 12.5 kilómetros en una zona agreste, en su mayoría cubierta con la sombra de árboles, cuidando de pisar bien y de manera firme entre las rocas (algunas sueltas).
La presidencia auxiliar a cargo de Pedro Lazcano Rosas, ofreció un comité de Protección Civil, quienes se apostaron en un par de punto en el camino, al menos con dos caballos que estaban listos para poder a ayudar a alguna persona que no pudiera completar el recorrido del camino, además sirvieron agua que llevaron desde un día antes para mantenerla fresca entre la tierra y hierbas, contenida en decenas de botellas de refresco que reutilizaron.
Algunos visitantes se dieron tiempo para bajar una distancia más para llegar al río “temas” en un punto donde se hace evidente el nacimiento del caudal, alimentador del río San Marcos, uno de los más caudalosos de la Huasteca poblana.