En las últimas horas en la unidad habitacional Infonavit, el área poblada más grande de la ciudad, hubo sentimientos encontrados: por un lado, vecinos de la tercera sección regresaron a casa, con bendición de sacerdote y comida de promedio, después de cinco meses tras permitir la reparación de su edificio.
Pero no todo es alegría. Para los responsables de organizar la reconstrucción de todos los inmuebles dañados por el sismo del pasado 19 de septiembre uno es el sabor de la garganta y de la boca: “amargo... de ansiedad y frustración”, porque está a punto de suspenderse el proceso de intervención a consecuencia de la “desidia” de muchas familias de ese mismo lugar.
A casi un año de aquel movimiento telúrico del 19 de septiembre, las cosas marchan “poco a poco en el Infonavit... pero sin duda a estas alturas estaríamos mejor y muchos ya tendrían su casa reparada, pero prefirieron comprar coches, pagar sus deudas en tiendas departamentales o incluso hacer la fiesta de 15 años de sus hijas con el dinero del gobierno para las casas”, señaló Ruperta García Sánchez, presidenta de la Asociación Pro Reconstrucción de ese lugar.
LOS NÚMEROS
Para Ruperta Ramírez la mayoría de las familias en ese inmueble no deben y no tienen argumentos para quejarse: “De los ocho depósitos requeridos para recuperar el edificio, únicamente tres dieron el dinero. Del resto seguimos esperando. A pesar de recibir dinero público, prefirieron no darlo. Y aun así, la constructora ya terminó de trabajarlo... y hasta pintado”.
El anterior, dijo la maestra jubilada, es el conflicto más común para terminar con la tarea de ponerlos de nuevo habitables. “Las listas de los nombres de nuestros vecinos y cuánto dinero recibieron es elocuente. Algunos 15 mil, otros 30 mil o incluso hasta 120 mil pesos, dependiendo el daño. Pero dicen es su dinero, y sabrán cómo gastarlo y en dónde. Es una irresponsabilidad”, citó.
Por ese motivo, lamentó, el proceso de reparación de los edificios de la unidad habitacional Infonavit podría quedar suspendido si la mayoría de los afectados no entrega sus documentos a la financiera para bajar los recursos económicos que aún hacen falta para ese fin.
Y no quieren entregarlos, citó la presidenta, porque serán incluidos en la lista de personas con la responsabilidad de ofrecer el dinero para el fondo de donde la constructora debe tomar para los trabajos de reparación. “Ya no tienen nada por gastárselo en fiestas de XV años, en coches, en pagar deudas con tiendas departamentales o incluso para irse a Estados Unidos”, insistió.
Agregó: “Quiero dar a conocer, faltan 30 personas por firmar el subsidio para completar la reconstrucción de Infonavit, y en caso de no conseguirlas hoy no se suspenderán las actividades de intervención”, explicó la mañana del lunes.
“Lamentablemente esto ocurrió, entre otras cosas, por la desidia de los coordinadores y vecinos de Infonavit. Y así no es posible ayudar”, esgrimió Ramírez.
Además de las consecuencias anteriores, expuso la presidenta de la Asociación, los dueños de los departamentos en el Infonavit no podrán venderlos o rentarlos ya que no contarán con el documento de habitabilidad para evitar problemas legales más adelante.
Cifras oficiales indican de los 81 edificios totales en ese área donde viven más de 7 mil personas, únicamente la mitad ya fue reconstruido. Y el resto dañado corre el riesgo de quedarse así.