Los acatecos Epigmenio Martínez, Refugio Valle e Ignacia Vázquez jugaron un papel fundamental al colaborar estrechamente con los Hermanos Serdán y formar parte de la Junta Revolucionaria de Puebla.
Aunque existe poca información sobre ellos, se sabe que eran de origen mixteco, específicamente del municipio de Acatlán, y participaron activamente en el movimiento revolucionario.
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El 18 de noviembre de 1910, comenzó este trascendental movimiento nacional con el ataque a la casa de la familia Serdán en la ciudad de Puebla. Los Serdán fueron clave en la organización y el impulso de la causa revolucionaria.
Epigmenio Martínez nació en Huajuapan de León, Oaxaca, pero su familia se trasladó a Acatlán cuando él era niño, donde vivió gran parte de su vida. Sus padres se dedicaban al campo, y él los ayudó desde pequeño.
En 1909, Epigmenio se mudó a la ciudad de Puebla para estudiar en el Colegio del Estado, pero la falta de recursos económicos le impidió continuar su carrera de abogado. Fue entonces cuando se unió al Club Antirreeleccionista “Luz y Progreso”, liderado por los Hermanos Serdán, en especial Aquiles Serdán.
El gobernador de Puebla, al percatarse de una conspiración en la casa de los Serdán, ordenó al coronel Miguel Cabrera detener a los involucrados. Un pelotón armado atacó la casa, desencadenando un enfrentamiento que duró varias horas.
Epigmenio Martínez, quien estaba dentro de la casa, resultó herido, pero logró sobrevivir. Fue detenido por varios meses y liberado posteriormente. Tras el asesinato de Francisco I. Madero, Epigmenio volvió a las armas para luchar contra Victoriano Huerta, obteniendo el grado de coronel de caballería. Además, fue diputado por el distrito de Acatlán y, posteriormente, se retiró de la vida pública, falleciendo en Hidalgo, en un lugar conocido como Jalala.
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Según el historiador Óscar Betanzo, Refugio Valle, otra acateca, fue una amiga cercana de la familia Serdán. Colaboró con la Junta Revolucionaria de Puebla y desempeñó diversas comisiones durante el inicio de la Revolución.
Betanzo señaló que Valle trabajó junto a las revolucionarias Paulina Maraver e Ignacia Vázquez, esta última también de origen acateco. Aunque falta investigación sobre ellas, hay documentos históricos que confirman su existencia y su papel en los eventos revolucionarios previos a 1910.
En honor a Epigmenio Martínez, una calle del municipio de Acatlán lleva su nombre como un recordatorio de su legado.