Tehuacán, Pue.- Dulce tiene 26 años de edad y desde los 20 años ingresó a la Cruz Roja Mexicana, delegación Tehuacán, el saber que podía ayudar a personas en situaciones vulnerables y la curiosidad por aprender la motivó a formar parte del sector salud.
En la actualidad siente miedo por la contingencia sanitaria por Covid-19, pues hay personas que les han dado malos tratos, " nos ven como una fuente de riesgo, pero siempre utilizamos el equipo adecuado".
No obstante, está consciente de la situación y es inevitable no sentir temor por sus compañeros, por ella y por sus familiares, "antes de trabajar me encomiendo a Dios, así como mi familia me necesita, hay otras personas que también necesitan recibir ayuda".
Dulce recordó lo difícil que es atender a un paciente y más cuando tus conocimientos los tienes que aplicar con un ser querido, en una ocasión estando en su vivienda tuvo que atender a su propia madre luego de haber sufrido una caída, "tienes que controlarte demasiado, es algo muy difícil".
Mencionó que en todos los servicios que atienden deben trabajar el aspecto emocional y estar listos a enfrentarse a distintas situaciones ya que al salir no saben exactamente con que se van a encontrar y en ocasiones son imágenes verdaderamente impactantes; además en ocasiones los familiares de las víctimas tienen diversas reacciones.
La entrevistada narró un servicio que atendió en el fraccionamiento Rancho Las Flores, donde les solicitaron ayuda para atender una mujer con complicaciones por diabetes, al llegar intentaron auxiliarla, pero ya carecía de signos vitales.
"Es difícil dar ese tipo de noticias a sus familiares, cómo les dices que su mamá se murió, las personas entraron en shock y no lograban asimilar lo que estaba sucediendo en ese momento"
Mencionó que en la actualidad suelen existir personas que no valoran su labor e incluso los ofenden con frases como: "apúrense camilleros, para eso están", "para eso les pagan".
"No nos toman importancia y nos hacen menos" refirió, sin embargo, no todos los servicios son así y hay personas que les agradecen y les dan bendiciones por ayudarlos en momentos complicados, esos son los que la motivan.
"La Cruz Roja se ha convertido en una parte de mi vida, se pierden momentos importantes con la familia, en ocasiones no comes a tus horas, pero toparte con pacientes que te digan: gracias porque vino, porque me ayudó, con eso me doy por bien pagada, eso, es lo bonito".