ATLIXCO.- “¿En dónde está el presidente municipal de Huaquechula? Ya no contesta las llamadas. Y seguimos con el grave problema de inundaciones luego del pasado sábado por las fuertes lluvias. ¿El gobierno estatal o Protección Civil de Puebla no sabe de nuestro miedo y terror de quedar atrapados?”.
La anterior es la voz desesperada de un par de mujeres pertenecientes a una familia de Cacaloxúchitl, junta auxiliar del sitio mencionado, quienes el fin de semana anterior, y ante la crecida del paso del agua de plano, corrieron a resguardarse, junto a niños y personas de la tercera edad en una de sus azoteas.
Desde el patio de casa, con decenas de kilo de lodo al acecho, sólo quieren y suplican ayuda. “Tiramos muchas de nuestras cosas al quedar manchadas e inservibles por las aguas negras. El afluente desde la calle trajo suciedad, restos de animales muertos y drenaje hasta la cocina, patio y recámaras”, explicaron mientras algunos voluntarios, tres en total, intentan aminorar el volumen de tierra negra estampada en su puerta.
Pero ahí no termina el problema, coincidieron ambas mujeres entrevistadas. Las lluvias seguirán y los momentos de terror y miedo del fin de semana podrían regresar. “Ante la ausencia de las autoridades los vecinos pretendemos reunirnos para intentar poner en marcha un protocolo de salvamento”. Admitieron que horas después de las inundaciones aparecieron miembros de la Guardia Nacional y de Protección Civil, “pero estuvieron un rato y luego quedamos abandonados”, acotaron.
El plan es sencillo, insistió una de ellas: “queremos saber si desalojamos la casa o estamos seguros aquí para las próximas horas. Sinceramente estamos a nuestra merced. Todos aquí estamos muy nerviosos. Parece que nadie pretende entendernos”. Algunos vecinos de Cacaloxúchitl, zona ubicada a 30 minutos de la cabecera de Atlixco y en la entrada hacia Huaquechula, ya ofrecieron ayuda como comida, ropa y hasta petates artesanales para guardar algo de sus bienes.
En los momentos de mayor desesperación, coincidieron las afectadas, estuvieron a punto de ir a tocar las campanas del pueblo con el fin de llamar la atención de las autoridades y de los propios lugareños. “No se trata de solucionarnos la vida, pero sí de saber o tener la certeza de cooperación o respaldo de parte de las autoridades. Sobre todo, porque hasta la fecha seguimos preguntándonos, ¿en dónde están?".
De acuerdo con datos oficiales, el sábado anterior al menos una decena de viviendas resultaron dañadas por la combinación de fuertes y constantes lluvias, la crecida del rio del área y el desborde del afluente a los domicilios. Por el momento, sólo ubican daños materiales.
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