/ martes 21 de marzo de 2023

Estrella de Puebla: inoperante desde 2021 y con un futuro incierto

Si bien la federación ha insinuado la posibilidad de retomar su funcionamiento, nada hay claro

Poseedora de un Récord Guinness, en un proyecto que contó con una inversión de 400 millones de pesos del erario público para la renovación de la zona que le rodeaba y que se pensaba como un atractivo turístico internacional, la Estrella de Puebla ya no es lo que prometió ser.

Inaugurada durante la gubernatura de Rafael Moreno Valle, se esperaba que la rueda de la fortuna recibiera un promedio de un millón de visitantes al año, pero se encuentra inoperante desde octubre de 2021.

Su destino es también incierto, después de que se desapareciera de la Ley de Egresos 2023 el presupuesto para su mantenimiento de 100 millones de pesos. Aunque se buscó que el proyecto pasara a la iniciativa privada y a pesar de que el gobierno federal ha insinuado la posibilidad de retomar su funcionamiento, nada se tiene claro sobre ello.

Para las autoridades, durante su inauguración, la Estrella de Puebla lograría recuperar la inversión inicial en el 2032, aunque no consideraron en su cálculo los costos de mantenimiento.

Poco tiempo pasó para sufrir sus primeros problemas, ya que el 29 de julio de 2013, siete días después de su inauguración, sufrió una falla mecánica en el sistema de frenado que provocó su cierre temporal.

De igual forma, la sociedad expresó sus críticas al solo ser un punto de observación de centros comerciales y de ningún otro atractivo de la ciudad. Aunque, las autoridades defendían las vistas que ofrecía de lugares emblemáticos como los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.

Las dudas sobre los gastos de la atracción comenzaron a surgir y en 2015 se notificó que se habían gastado 2.75 millones de pesos en concepto de energía eléctrica en solo dos años de funcionamiento.

Respecto a sus ganancias, de octubre de 2015 a julio de 2019, sumaba 68 millones 767 mil 463 pesos, de acuerdo al Organismo Público Descentralizado, Convenciones y Parques de Puebla, por lo que no había logrado alcanzar su inversión inicial al solo recuperar en ese periodo el 17 por ciento, lo que se obtuvo como respuesta a la solicitud de información realizada por El Sol de Puebla en 2019, con folio de número 01222319.

La cantidad de visitantes tampoco fue la proyectada, al solo conseguir en ese periodo un total de 2 millones 179 mil 271 personas. Su mejor año fue el 2016, con 643 mil 13 turistas, lejos de la marca proyectada de un millón de visitantes por año y con una clara tendencia a la baja del 17 por ciento en sus visitas entre 2016 y 2018.

Comparado con otros atractivos de Puebla, en 2015 el entonces secretario de Turismo, Ángel Trawitz, explicó que era el quinto más visitado, solo por debajo de la Catedral de Puebla, la Capilla del Rosario, la Virgen del Rosario en el Templo de Santo Domingo, el Señor de las Maravillas en el Templo de Santa Mónica y el zoológico Africam Safari. Pero, aseguró que había logrado elevar en 40 por ciento la afluencia a los comercios aledaños.

El proyecto contó con una inversión de 400 millones de pesos del erario público. Foto: El Sol de Puebla

A nivel estatal, para 2016 su rendimiento había bajado debido a que la entidad se convirtió en una de las que mayor cantidad de Pueblos Mágicos tenía, al pasar de dos a los nueve que tiene actualmente y que lograron incrementar su número de visitantes en 137 por ciento, explicó en aquella ocasión también Ángel Trauwitz.

En 2019, el nuevo gobernador, Miguel Barbosa, mostró su desaprobación contra el proyecto por su elevada inversión y señaló que se hizo en un momento donde el estado requería otras construcciones más importantes.

Para diciembre de ese año mostró su interés en mudar la atracción a la zona de San Francisco, al centro de la capital, como parte de un proyecto inmobiliario que mejorara el turismo, pero la intención solo se quedó en etapa de análisis.

En octubre de 2021 finalmente se decidió el cierre indefinido de la Estrella al dictaminarse que sufría de averías que podían representar un riesgo para la población.

Un año después, Miguel Barbosa (hoy fallecido) señaló que la única forma de hacer rentable el proyecto era por medio de una licitación pública y expuso lo siguiente: “Que sea un (ente) privado el que se encargue de su manejo y no tener que estar, como gobierno, invirtiendo en ello… También, hay que mantenerlo (y) lo hemos mantenido, pero el manejo ya tiene que ser de inversión privada”.

Pese a su declaración, hasta ahora no se ha comprometido el proyecto a ningún concesionario particular.

La última vez que las intenciones de reactivar la Estrella de Puebla se manifestaron en público fue en febrero de este 2023, cuando Alejandro Armenta Mier, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, afirmó que el Gobierno Federal, por medio de la Secretaría de Turismo (Sectur), tenía las intenciones de presentar una propuesta para hacerla funcionar a bajo costo.

Armenta agregó que Miguel Torruco Marqués, titular de la Sectur, le explicó que la rehabilitación de la atracción podría costar hasta 20 millones de pesos y no 80 millones de pesos como se manejó en un principio.

Sergio Salomón Céspedes Peregrina, actual gobernador de Puebla, respondió que no descartaba la posibilidad al estar dispuesto a analizar propuestas provenientes del Gobierno Federal. Además, indicó que el objetivo de su administración era ponerla en marcha en un corto plazo, por lo que la Estrella de Puebla no sería desmantelada.

Los comienzos del proyecto

La Estrella de Puebla fue inaugurada el el 22 de julio de 2013 por el ex gobernador Rafael Moreno Valle. Foto: El Sol de Puebla

Rumbo a los festejos del 151 aniversario de la Batalla de Puebla o del 5 de mayo, en 2013, el gobierno estatal, al mando de Rafael Moreno Valle (también finado) planeaba la inauguración de diferentes atractivos turísticos que potenciaran la entidad y en especial la zona centro.

Los dos más importantes fueron el Teleférico, una construcción que no terminó en ser lo que se esperaba al no contar con los permisos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su terminal en el Barrio del Artista, y la Estrella de Puebla.

La primera vez que se conoció del proyecto fue en enero de 2013, cuando la empresa Maurer German Wheels GmbH anunció su construcción y que la compra había sido completada en noviembre de 2012 por el gobierno de Puebla. Aunque la intención era venderla hasta que estuviera completa, las autoridades del estado decidieron adquirirla antes.

Los controles de calidad estuvieron a cargo de la empresa TÜV, encargada de verificar las ruedas de la fortuna más grandes del mundo. Para la compañía Maurer German Wheels, originaria de Alemania, fue un reto su construcción al ser la primera vez que desarrollaba una rueda transportable y con el objetivo de hacerla la más grande del mundo, con un costo de 10 millones de euros, más de 200 millones de pesos.

En un inicio, Antonio Gali Fayad, en ese momento secretario de Infraestructura del Gobierno de Puebla, informó que una rueda de observación formaría parte de un plan de rescate para el Paseo Bravo y contaría con el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Sin embargo, académicos e investigadores del INAH desaprobaron el proyecto ante las condiciones de suelo del Paseo Bravo. A diferencia de otras ruedas transportables, el gobierno poblano decidió que construiría cimientos para su instalación.

Posteriormente se decidió que el proyecto se ubicaría junto al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENCH), en la zona centro de la ciudad. En esta ocasión fueron los padres de familia de los alumnos y la sociedad en general la que se opuso a la instalación de la rueda y se realizaron diversas protestas para evitarlo.

Tras ambas negativas, la zona elegida fue Angelópolis, en alto crecimiento comercial y habitacional, pero que requirió una mayor inversión. El gobierno de Puebla informó que se utilizó un monto de 400 millones de pesos del erario público para el proyecto, que incluyó la rueda y un corredor turístico-social de 8 kilómetros de largo que comenzaba en el Jardín del Arte y terminaba en el Parque Lineal, con una extensión de 1.5 kilómetros. En todo el trayecto se instalaron dos pistas de trote, dos restaurantes y tres lagos artificiales.

En junio de 2013 se eligió el nombre de la rueda, la Estrella de Puebla, y finalmente el 22 de julio de ese año se inauguró. Rafael Moreno Valle recibió a representantes de los Récord Guinness, quienes entregaron a Puebla su cuarto récord mundial hasta ese momento y el primero en siete años.

Esto se denunció a través de diferentes plataformas digitales. Foto: El Sol de Puebla

Esta consideración fue dada por tener la rueda de observación transportable más grande del mundo, al poder armarse y desarmarse sin hacer un cambio a su estructura, que posee un diámetro de 69.8 metros. El artefacto, que se ha convertido en uno de los sitios más privilegiados por visitantes y turistas, tiene una altura de 80 metros, cuenta con 54 góndolas con capacidad de ocho pasajeros y cuatro góndolas VIP con espacio para seis personas.

La intención con la Estrella de Puebla era atraer a un millón de visitantes al año: Sus costos al público quedaron en 40 pesos para un viaje sencillo, por persona, y de 400 pesos en sus góndolas VIP, en un horario de lunes a viernes de 15:30 a 22:00 horas, y de 11:00 a 22:00 horas los fines de semana.

Este contenido fue producido con el apoyo del Institute for War And Peace Reporting y la mentoría de Animal Político, en el marco del programa Mexican Journalism Resilency.

Poseedora de un Récord Guinness, en un proyecto que contó con una inversión de 400 millones de pesos del erario público para la renovación de la zona que le rodeaba y que se pensaba como un atractivo turístico internacional, la Estrella de Puebla ya no es lo que prometió ser.

Inaugurada durante la gubernatura de Rafael Moreno Valle, se esperaba que la rueda de la fortuna recibiera un promedio de un millón de visitantes al año, pero se encuentra inoperante desde octubre de 2021.

Su destino es también incierto, después de que se desapareciera de la Ley de Egresos 2023 el presupuesto para su mantenimiento de 100 millones de pesos. Aunque se buscó que el proyecto pasara a la iniciativa privada y a pesar de que el gobierno federal ha insinuado la posibilidad de retomar su funcionamiento, nada se tiene claro sobre ello.

Para las autoridades, durante su inauguración, la Estrella de Puebla lograría recuperar la inversión inicial en el 2032, aunque no consideraron en su cálculo los costos de mantenimiento.

Poco tiempo pasó para sufrir sus primeros problemas, ya que el 29 de julio de 2013, siete días después de su inauguración, sufrió una falla mecánica en el sistema de frenado que provocó su cierre temporal.

De igual forma, la sociedad expresó sus críticas al solo ser un punto de observación de centros comerciales y de ningún otro atractivo de la ciudad. Aunque, las autoridades defendían las vistas que ofrecía de lugares emblemáticos como los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.

Las dudas sobre los gastos de la atracción comenzaron a surgir y en 2015 se notificó que se habían gastado 2.75 millones de pesos en concepto de energía eléctrica en solo dos años de funcionamiento.

Respecto a sus ganancias, de octubre de 2015 a julio de 2019, sumaba 68 millones 767 mil 463 pesos, de acuerdo al Organismo Público Descentralizado, Convenciones y Parques de Puebla, por lo que no había logrado alcanzar su inversión inicial al solo recuperar en ese periodo el 17 por ciento, lo que se obtuvo como respuesta a la solicitud de información realizada por El Sol de Puebla en 2019, con folio de número 01222319.

La cantidad de visitantes tampoco fue la proyectada, al solo conseguir en ese periodo un total de 2 millones 179 mil 271 personas. Su mejor año fue el 2016, con 643 mil 13 turistas, lejos de la marca proyectada de un millón de visitantes por año y con una clara tendencia a la baja del 17 por ciento en sus visitas entre 2016 y 2018.

Comparado con otros atractivos de Puebla, en 2015 el entonces secretario de Turismo, Ángel Trawitz, explicó que era el quinto más visitado, solo por debajo de la Catedral de Puebla, la Capilla del Rosario, la Virgen del Rosario en el Templo de Santo Domingo, el Señor de las Maravillas en el Templo de Santa Mónica y el zoológico Africam Safari. Pero, aseguró que había logrado elevar en 40 por ciento la afluencia a los comercios aledaños.

El proyecto contó con una inversión de 400 millones de pesos del erario público. Foto: El Sol de Puebla

A nivel estatal, para 2016 su rendimiento había bajado debido a que la entidad se convirtió en una de las que mayor cantidad de Pueblos Mágicos tenía, al pasar de dos a los nueve que tiene actualmente y que lograron incrementar su número de visitantes en 137 por ciento, explicó en aquella ocasión también Ángel Trauwitz.

En 2019, el nuevo gobernador, Miguel Barbosa, mostró su desaprobación contra el proyecto por su elevada inversión y señaló que se hizo en un momento donde el estado requería otras construcciones más importantes.

Para diciembre de ese año mostró su interés en mudar la atracción a la zona de San Francisco, al centro de la capital, como parte de un proyecto inmobiliario que mejorara el turismo, pero la intención solo se quedó en etapa de análisis.

En octubre de 2021 finalmente se decidió el cierre indefinido de la Estrella al dictaminarse que sufría de averías que podían representar un riesgo para la población.

Un año después, Miguel Barbosa (hoy fallecido) señaló que la única forma de hacer rentable el proyecto era por medio de una licitación pública y expuso lo siguiente: “Que sea un (ente) privado el que se encargue de su manejo y no tener que estar, como gobierno, invirtiendo en ello… También, hay que mantenerlo (y) lo hemos mantenido, pero el manejo ya tiene que ser de inversión privada”.

Pese a su declaración, hasta ahora no se ha comprometido el proyecto a ningún concesionario particular.

La última vez que las intenciones de reactivar la Estrella de Puebla se manifestaron en público fue en febrero de este 2023, cuando Alejandro Armenta Mier, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, afirmó que el Gobierno Federal, por medio de la Secretaría de Turismo (Sectur), tenía las intenciones de presentar una propuesta para hacerla funcionar a bajo costo.

Armenta agregó que Miguel Torruco Marqués, titular de la Sectur, le explicó que la rehabilitación de la atracción podría costar hasta 20 millones de pesos y no 80 millones de pesos como se manejó en un principio.

Sergio Salomón Céspedes Peregrina, actual gobernador de Puebla, respondió que no descartaba la posibilidad al estar dispuesto a analizar propuestas provenientes del Gobierno Federal. Además, indicó que el objetivo de su administración era ponerla en marcha en un corto plazo, por lo que la Estrella de Puebla no sería desmantelada.

Los comienzos del proyecto

La Estrella de Puebla fue inaugurada el el 22 de julio de 2013 por el ex gobernador Rafael Moreno Valle. Foto: El Sol de Puebla

Rumbo a los festejos del 151 aniversario de la Batalla de Puebla o del 5 de mayo, en 2013, el gobierno estatal, al mando de Rafael Moreno Valle (también finado) planeaba la inauguración de diferentes atractivos turísticos que potenciaran la entidad y en especial la zona centro.

Los dos más importantes fueron el Teleférico, una construcción que no terminó en ser lo que se esperaba al no contar con los permisos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su terminal en el Barrio del Artista, y la Estrella de Puebla.

La primera vez que se conoció del proyecto fue en enero de 2013, cuando la empresa Maurer German Wheels GmbH anunció su construcción y que la compra había sido completada en noviembre de 2012 por el gobierno de Puebla. Aunque la intención era venderla hasta que estuviera completa, las autoridades del estado decidieron adquirirla antes.

Los controles de calidad estuvieron a cargo de la empresa TÜV, encargada de verificar las ruedas de la fortuna más grandes del mundo. Para la compañía Maurer German Wheels, originaria de Alemania, fue un reto su construcción al ser la primera vez que desarrollaba una rueda transportable y con el objetivo de hacerla la más grande del mundo, con un costo de 10 millones de euros, más de 200 millones de pesos.

En un inicio, Antonio Gali Fayad, en ese momento secretario de Infraestructura del Gobierno de Puebla, informó que una rueda de observación formaría parte de un plan de rescate para el Paseo Bravo y contaría con el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Sin embargo, académicos e investigadores del INAH desaprobaron el proyecto ante las condiciones de suelo del Paseo Bravo. A diferencia de otras ruedas transportables, el gobierno poblano decidió que construiría cimientos para su instalación.

Posteriormente se decidió que el proyecto se ubicaría junto al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENCH), en la zona centro de la ciudad. En esta ocasión fueron los padres de familia de los alumnos y la sociedad en general la que se opuso a la instalación de la rueda y se realizaron diversas protestas para evitarlo.

Tras ambas negativas, la zona elegida fue Angelópolis, en alto crecimiento comercial y habitacional, pero que requirió una mayor inversión. El gobierno de Puebla informó que se utilizó un monto de 400 millones de pesos del erario público para el proyecto, que incluyó la rueda y un corredor turístico-social de 8 kilómetros de largo que comenzaba en el Jardín del Arte y terminaba en el Parque Lineal, con una extensión de 1.5 kilómetros. En todo el trayecto se instalaron dos pistas de trote, dos restaurantes y tres lagos artificiales.

En junio de 2013 se eligió el nombre de la rueda, la Estrella de Puebla, y finalmente el 22 de julio de ese año se inauguró. Rafael Moreno Valle recibió a representantes de los Récord Guinness, quienes entregaron a Puebla su cuarto récord mundial hasta ese momento y el primero en siete años.

Esto se denunció a través de diferentes plataformas digitales. Foto: El Sol de Puebla

Esta consideración fue dada por tener la rueda de observación transportable más grande del mundo, al poder armarse y desarmarse sin hacer un cambio a su estructura, que posee un diámetro de 69.8 metros. El artefacto, que se ha convertido en uno de los sitios más privilegiados por visitantes y turistas, tiene una altura de 80 metros, cuenta con 54 góndolas con capacidad de ocho pasajeros y cuatro góndolas VIP con espacio para seis personas.

La intención con la Estrella de Puebla era atraer a un millón de visitantes al año: Sus costos al público quedaron en 40 pesos para un viaje sencillo, por persona, y de 400 pesos en sus góndolas VIP, en un horario de lunes a viernes de 15:30 a 22:00 horas, y de 11:00 a 22:00 horas los fines de semana.

Este contenido fue producido con el apoyo del Institute for War And Peace Reporting y la mentoría de Animal Político, en el marco del programa Mexican Journalism Resilency.

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