Los integrantes de la familia Nieto, propietario y trabajadores del taller de pirotecnia fueron las siete víctimas fatales de la explosión del polvorín clandestino en la comunidad de Santiago Tenango, del municipio de General Felipe Ángeles ocurrido la noche del pasado lunes.
Los restos mortales de Tomás Nieto Romero (papá), Nicolasa Reyes Pérez (mamá), Rodolfo Nieto Reyes (hijo), Montserrat Vázquez Hernández (nuera) y José Nieto (hijo); además de dos menores de edad: Valeria N y Emmanuel Braulio N, fueron velados este miércoles en una capilla del templo de Santiago Apóstol, ubicada en la misma localidad.
Familiares y amigos con flores y veladoras en mano se dieron cita en el templo desde temprana hora para pedir por el descanso eterno de las víctimas del incidente que además dejó 15 personas lesionadas, 2 de ellas de gravedad.
Seis de los fallecidos fueron rescatados de entre los escombros durante la noche del lunes y la madruga del martes. Sin embargo, faltaba un miembro de la familia Nieto, los trabajos de rescate ya se habían suspendido, pero vecinos decidieron organizarse y conjuntamente con las autoridades iniciaron la búsqueda.
El cuerpo de la séptima víctima fue rescatado minutos antes del mediodía del martes de entre los bloques de cemento y varillas, tras varias horas de trabajo. Era de un adulto mayor de aproximadamente 70 años y se trataba de Tomás Nieto Romero, quien presuntamente era el propietario del taller clandestino de pirotecnia.
Pobladores dieron a conocer que el taller de pirotecnia pertenecía a la familia Nieto y tenían más de 30 años trabajando en la producción de cohetes y productos de pólvora que comercializaban en las fiestas patronales, festejos patrios y decembrinos.
Sobre los hechos trascendió que una chispa pudo alcanzar un barril donde se almacenaba pólvora, lo que habría provocado el estallido que sacudió el taller de pirotécnica, sobreviniendo la catástrofe. Autoridades estatales indicaron que el establecimiento carecía de permisos federales.
A dos días de lo sucedido en la comunidad de Santiago Tenango, aún se percibe un ambiente desolador, aún permanecen los escombros que dan cuenta de la tragedia. Se calcula que seis viviendas resultaron con daños considerables, algunas deberán ser demolidas ya que presentan un grave deterioro en su estructura y al menos una veintena que fue alcanzada por la onda expansiva presenta vidrios y puertas rotas.
Los vecinos de la calle Central, casi esquina con 3 Poniente, en el barrio de San Juan de la junta auxiliar de Santiago Tenango, sitio de la explosión, solicitaron el apoyo de las autoridades competentes para recuperar su patrimonio.