Huauchinango, Pue. – Por la madrugada del 19 de agosto falleció el profesor Santiago Ramírez Hernández, el principal precursor de la celebración del “Año Nuevo Azteca” en la Junta Auxiliar de Nopala, municipio de Huauchinango. Gracias a su labor, este es uno de los pocos lugares en Mesoamérica donde aún se realiza este ritual.
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El profesor estaba inscrito en la Dirección Estatal de Educación Indígena. Sus colegas lo recuerdan como un personaje comprometido por convicción con la educación bilingüe e intercultural, destacando por su empeño en promover actividades que enriquecieran esta labor.
Con una vocación innata por la pedagogía y, en particular, por la educación indígena, expuso la necesidad de fortalecer las acciones en favor de una educación “verdaderamente indígena” en todos los grados de educación básica, así como en la lectura y escritura de las lenguas Tutunakú y Náhuatl.
Gracias a su relación y práctica antropológica natural, incursionó en la escritura de los primeros libros en lenguas indígenas de la región: el primero en Tutunakú, publicado en 1976, y el segundo en Náhuatl, en 1978.
Sus compañeros compartieron que un tercer libro de su autoría fue editado en 1988 con recursos de la Dirección General de Educación Indígena.
Santiago Ramírez y la festividad "Año Nuevo Azteca"
La personalidad de Santiago Ramírez Hernández se dio a conocer a un público más amplio gracias a su labor en la comunidad náhuatl de Nopala, donde promovió la celebración del “Año Nuevo Azteca”, una festividad que se ha llevado a cabo durante unos 37 años.
Algunos lugareños de Nopala recordaron que fue en 1986 cuando el fiscal y mayordomo de la comunidad, Mauro Méndez, visitó a los profesores de la Dirección General de Educación Indígena en Huauchinango, quienes participaban en un programa cultural en lengua originaria y en castellano. La idea era solicitar apoyo económico para realizar una fiesta de danzas al pie de la pirámide de Nopala.
Cuando Mauro Méndez se encontró con el profesor Santiago Ramírez Hernández, este mostró un especial interés en apoyar la iniciativa de los habitantes de Nopala. Así surgió la idea de revivir la celebración del Año Azteca, una práctica que había dejado de realizarse desde hacía muchos años.
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En conjunto, los pobladores de Nopala, encabezados por Mauro Méndez —quien promovía las danzas de “Los Voladores”, “Los Segadores” y otras, además de ser un músico empírico y pilar de las tradiciones de la comunidad— junto con el profesor Santiago Ramírez Hernández, dieron los primeros pasos para consolidar esta festividad en Huauchinango.