Por falta de incentivos suficientes en su capacitación y desempeño de labores, los jóvenes interesados en sumarse a las filas de la Policía Municipal de Tehuacán han desistido de ingresar a la Academia de Policía, sumando apenas 102 elementos en tres años. Fernanda Balderas Zarate, directora de la Academia de Policías, reconoció que durante esta gestión no pudieron concretarse planes de becas para estudios, descuentos en restaurantes y comercios, así como descuentos en colegios de paga para hijos de policías.
La funcionaria destacó que esta institución ha buscado, desde su creación, la dignificación de los elementos policiales. A pesar de estos desafíos, el centro de formación policial logró alcanzar la certificación de nivel C durante la presente administración.
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La Academia de Policía de Tehuacán, inaugurada en 1999, obtuvo el reconocimiento del Comisariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública, lo que le ha permitido consolidarse como un centro de capacitación policial de alto nivel. Gracias a esta certificación, la academia tiene la capacidad de brindar la formación inicial a los nuevos reclutas.
Actualmente, cuenta con cinco instructores altamente capacitados y certificados, quienes se encargan de impartir la formación teórica y práctica. Durante los últimos tres años de gobierno municipal, han ingresado 102 elementos a la corporación, demostrando el compromiso de la academia con la profesionalización de los cuerpos de seguridad.
Fernanda Balderas Zárate, directora de la Academia de Policía, explicó que los jóvenes interesados en ingresar deben cumplir con un riguroso programa de capacitación que incluye 180 horas de formación teórica, técnica y práctica. Este programa se extiende a lo largo de seis meses, tiempo durante el cual los reclutas deben asistir de lunes a viernes, desde las 6:00 hasta las 18:00 horas. Durante su estancia en la academia, los aspirantes reciben alimentos, lo que les permite mantenerse enfocados en su formación.
A pesar de los esfuerzos realizados, Balderas Zárate señaló que la convocatoria para ingresar a la academia ha sido baja en los últimos años. Según su opinión, existen múltiples factores que dificultan el aumento del estado de fuerza cada año. Entre estos, destaca la falta de vocación en muchos jóvenes que, aunque ingresan, en ocasiones desean abandonar el programa antes de concluirlo. La directora subrayó que es fundamental recordarles a los aspirantes que el hecho de haber sido aceptados ya es un logro importante, y que deben completar su formación para poder servir a la sociedad de manera adecuada.
Uno de los principales retos a los que se enfrentan los reclutas es la duración y la intensidad del programa de capacitación. Durante los seis meses que dura el entrenamiento, los jóvenes reciben una beca de apoyo económico a través del programa federal FORTAMUN, que consiste en un monto de 10 mil pesos. Sin embargo, Balderas Zárate consideró que esta cantidad es insuficiente y que es necesario mejorar las condiciones laborales para motivar a los jóvenes a portar el uniforme policial y desempeñar su trabajo con mayor compromiso y profesionalismo.
A un mes de dejar el cargo, después de haber permanecido los tres años de la administración, la directora mencionó que uno de los grandes pendientes que deja para la siguiente administración es la mejora de las instalaciones de la academia. En particular, destacó la necesidad de habilitar una mejor cocina, así como salas de cómputo y de adiestramiento. Estas mejoras serían clave para que la academia pueda avanzar de la certificación C a la certificación A, lo que permitiría que el centro se convirtiera en un referente regional y pudiera capacitar a policías de otros municipios e incluso de otros estados.
Cuando se le preguntó sobre lo que faltó por hacer, Balderas Zárate reconoció que uno de los objetivos era dignificar aún más la imagen del policía. Para ello, se buscó establecer convenios con empresarios locales para que los policías pudieran acceder a descuentos en la compra de ropa o artículos, así como en restaurantes cuando acudieran con sus familias. También se intentó conseguir becas en escuelas privadas para los hijos de los elementos, con el fin de que los policías se sintieran reconocidos y comprometidos con su labor.
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Este esfuerzo por mejorar las condiciones de vida y trabajo de los policías refleja la importancia de reconocer su labor, para que se sientan valorados y motivados a seguir desempeñando su trabajo con integridad y dedicación.