A un año de la inauguración del barrio Smart City, el primero en su género en América Latina, el proyecto trabaja a un 40 por ciento de su capacidad y por el momento no existen propósitos oficiales para extenderlo o darle mantenimiento.
Durante un recorrido realizado por la zona, la cual comprende del centro de la ciudad hacia el Este de la mancha urbana, en una extensión de poco más de dos kilómetros, es fácil detectar los aciertos y las deficiencias en este plan cuya inversión llegó a los 11 millones de pesos.
El primer Barrio Smart de América Latina fue inaugurado el 23 de enero de 2018 por autoridades de los tres niveles de gobierno y representantes de países como Colombia, Argentina y España.
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En específico, el proyecto consiste en la transformación de un espacio delimitado de una ciudad hacia un modelo inteligente (Smart). “Se trata de dotar la zona con implementaciones tecnológicas de múltiples ámbitos que impulsan áreas específicas enmarcadas en los conceptos de ciudad inteligente como, por ejemplo: desarrollo económico, seguridad, vialidad, movilidad, tecnología y comunicación, pero que además permite recuperar espacios para la convivencia familiar”.
Pero la realidad en esa zona es otra: El cajero para el pago de servicios pasa desapercibido. Y la pequeña caseta sirvió para el graffiti. Eso sí, tal como se documentó en publicaciones anteriores, los juegos infantiles y las bancas del área tienen mucha importancia para los estudiantes de la zona
Además, una parte del polémico barrio Smart City de Atlixco desapareció. El tramo de la ciclovía en la calle Nicolás Bravo, la cual conduce del Zócalo a uno de los bulevares más importantes, fue levantado por un grupo de trabajadores de Ayuntamiento “por órdenes superiores”.
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Aparentemente existen dos razones: dejarla como antes para el flujo de coches y por la inseguridad que existe en esta zona, que se ha convertido en un reproche de los vecinos.
Aunque el planteamiento inicial buscaba “mejorar la calidad de vida de las personas con el mejoramiento de la infraestructura urbana ‘in situ’, añadiendo tecnología y comunicaciones, mobiliario smart y desarrollo económico”, el espacio se ha convertido en un área poco atractiva y descuidada, donde el turismo no llega y las cámaras de seguridad están sin funcionar.