El Sistema Estatal DIF pasó del lugar 31 al 12 en la evaluación realizada por el organismo a nivel nacional durante el año pasado. Gabriela Bonilla Parada, presidenta del patronato, consideró que, a poco más de un mes para concluir su encomienda puede decir “misión cumplida” porque hizo todo lo que estuvo en sus manos para dar atención a los grupos vulnerables y mejorar los servicios para las y los poblanos.
Bonilla, quien se ha involucrado en tres ocasiones en el sistema DIF a diferentes escalas, afirmó que al término de su gestión seguirá apoyando “bajita la mano” a quienes más lo necesitan, sin buscar algún cargo público, ya que nunca ha tenido interés por participar en la vida política pero sí por apoyar a través de la sociedad civil y del respaldo hacia su esposo, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, en los distintos cargos que ha ocupado.
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En entrevista con El Sol de Puebla aseguró que está a punto de entregar el sistema satisfecha de los logros que alcanzó en casi dos años, después se dedicará de lleno a ser madre de familia y seguirá dispuesta a apoyar a Céspedes en la titularidad del Instituto Nacional de Migración (INM), que asumirá tras concluir su gestión el 13 de diciembre.
La presidenta afirmó que la mayor satisfacción que se llevará de su paso por el DIF a nivel estatal no es la de haber mejorado la posición en el ranking de evaluaciones, sino aquella que queda en el corazón y en la consciencia por el deber cumplido en lo que consideró como “la cara humana del gobierno”.
El servicio como forma de agradecimiento
Gabriela Bonilla compartió que previo a hacerse cargo del DIF estatal ya había tenido la oportunidad de involucrarse en el organismo a nivel municipal cuando su esposo fue presidente de Tepeaca y, posteriormente, se involucró en el patronato cuando él fungió como legislador local.
Su experiencia en el servicio social no se reduce a esas tres experiencias porque anteriormente ya había sido voluntaria en instituciones como el Club Rotario y la Cruz Roja, de ahí que afirmó que se trata de una labor que le gusta y de la cual aprende, pero que siempre ha visto como un complemento de sus actividades y las de su esposo.
“Creemos firmemente que el servicio es una forma de darle gracias a Dios por todas las bendiciones que nos ha dado, entonces es compartir un poquito de lo que nos ha dado”, acentuó.
Agregó que puede presumir que hizo todo lo que estuvo a su alcance al frente del DIF y no se quedó con las ganas de promover alguna acción o programa. “Áreas de oportunidad todos los días hay, pero a consciencia me voy muy satisfecha, muy contenta, me voy, si quiero verlo de una forma egoísta, plena, me voy con el corazón lleno y por eso quiero decir misión cumplida”.
A su juicio y experiencia, se trata de una de las áreas de gobierno que no pueden ser catalogadas como la parte bonita en donde se donan cosas, sino el rostro humano en donde se atienden las necesidades de la gente, ya que el 99 por ciento de los ciudadanos que tocan la puerta tienen alguna necesidad.
El DIF recuperó vínculos con la iniciativa privada
Entre el uno por ciento de la gente que llega al DIF sin solicitar algo ahora se encuentran voluntarios o personas que desean sumarse a la labor, dijo Gabriela Bonilla quien consideró que el haber recuperado la relación con la iniciativa privada y diversas instituciones permitió acrecentar los resultados en el trabajo a favor de la población vulnerable.
Como ejemplo de lo anterior mencionó la colaboración con CINIA, empresa que da empleo a personas con discapacidad y que desde hace dos años ha aumentado el número de contrataciones de residentes de las casas de asistencia del DIF.
Incluso, explicó Bonilla, con la colaboración de los DIF a nivel municipal, la firma dedicada a elaborar los peluches del doctor Simi da trabajo a personas con discapacidad o a sus padres en el interior del estado para que así tengan una fuente de ingresos.
Añadió que el Teletón y empresas como Grupo Clisa también son ejemplo de la suma de esfuerzos porque a través de las jornadas de atención que se llevan a diversos puntos del estado la primera fundación ofrece terapias a niños y adultos, mientras que la segunda otorga lentes gratuitos a quienes lo necesitan.
En este sentido, Bonilla remarcó que los logros que presumió en su segundo informe de actividades son producto de la mezcla de recursos federales, los obtenidos del Estado, aquellos gestionados por el patronato y los recibidos a través de las donaciones de la iniciativa privada o la sociedad civil.
Lo difícil del cargo es la impotencia frente a procedimientos
Gabriela Bonilla aceptó que el sentimiento de impotencia es lo más difícil a lo que se ha enfrentado en los últimos meses, ya que hay diversos aspectos como el resguardo de menores en situaciones de maltrato o violencia que requieren de apegarse a procedimientos de ley y eso implica tiempo de espera.
Ejemplo de lo anterior, dijo, son aquellos casos en los que los padres o tutores de niños, niñas y adolescentes que están siendo maltratados se niegan a permitir que el DIF los resguarde y realice los procedimientos para darlos en adopción a quienes sí están dispuestos a darles amor.
“Cuesta un poco de trabajo entender cuando los papás están explotando a un niño o lo están maltratando en cualquier sentido. Esa es una parte de impotencia, porque no los quieren y ponen trabas para que alguien más los quiera”, narró.
Detalló que las adopciones implican un procedimiento largo que inicia cuando se recibe una denuncia formal de maltrato contra un menor, ya que la Fiscalía General del Estado interviene para realizar la investigación y a través de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niñas y Adolescentes se le confiere al DIF el resguardo de la víctima.
El primer paso, expuso, es buscar a la familia ampliada del menor para determinar si son aptos para cuidarlo y entregárselos pero, de lo contrario, se inicia el procedimiento para obtener la custodia y sólo cuando están finalmente a cargo de la Procuraduría es cuando son susceptibles de ser dados en adopción.
Por lo que concierne a los interesados en adoptar, expuso que pasan por un procedimiento que va desde la solicitud y entrega de requisitos, ya que solo algunos son considerados como idóneos y pasan a formar parte de una lista de espera, en la que el DIF y la Procuraduría buscan empatar los requerimientos del tutor con las características de los menores alojados en las casas de asistencia.
La presidenta indicó que al encontrarse opciones de padres adoptivos se inicia un proceso de convivencias que, de resultar favorable, culmina con la adopción formal a través de la nueva acta de nacimiento del niño, niña o adolescente.
Aseguró que la gran mayoría de los procesos han sido exitosos y derivaron en las 44 adopciones realizadas en su gestión, aunque también hay algunos que no se concretaron porque los menores no expresaron su consentimiento para ser adoptados por las personas que les fueron sugeridas.