A casi tres años del gobierno de Guillermo Velázquez Gutiérrez, los problemas a resolver en Atlixco por quien gane la presidencia municipal son prácticamente los mismos que en 2018: la seguridad pública, el reordenamiento o reubicación del tianguis regional y la reactivación económica, ahora golpeada por la pandemia.
Al panorama anterior debe sumarse un aspecto trascendental consecuencia de los más de 400 días consecutivos del Covid-19: la salvación de los sectores financieros pilares de este lugar, una urgencia para la mayoría de la iniciativa privada (IP), a la que tampoco el gobierno panista ha podidos dar respuesta contundente.
LOS NÚMEROS
De acuerdo con datos de una encuesta pública a principios del 2021 por el colectivo Ahora Atlixco, uno de cada siete atlixquences considera a la seguridad como una "prioridad" a resolver desde hace más de un lustro. "Sobre todo por el aumento de los delitos de alto impacto como extorsión, narcomenudeo y asesinatos con violencia suscitados en el último año y medio", dijo Manuel Espinosa, ex integrante de un grupo de empresarios que llevan el pulso de esa situación mes por mes .
A la par, relataron algunos inspectores de las colonias de la mancha urbana, “también existen problemas de delincuencia locales sin frenar como el robo a casa-habitación, a transeúntes y comercios. Las estadísticas al respecto en el último medio año son elocuentes. A pesar de las intenciones por frenar los atracos, siguen apareciendo en la vida cotidiana ”, reconocieron varias de esas autoridades que pidieron el anonimato.
De esa manera, la capacidad de devolverle a los atlixquences la “tranquilidad robada” es quizás el punto toral de las conversaciones entre los candidatos a dirigir el Ayuntamiento y los electores. La cifra es muy puntual al respecto: casi ocho de cada diez consultados al respecto piensan de esa manera.
QUÉ HACER CON EL NEGOCIO
La reubicación del tianguis regional de Atlixco, donde trabajan martes y sábado más de 4 mil 500 personas de este lugar y de varios municipios aledaños, no sólo forma parte de las discusiones en cada campaña rumbo a la alcaldía. Con la aparición de la pandemia del Covid-19 el tema fue asentándose con mayor fuerza entre colonos, vendedores, autoridades locales y líderes de comerciantes.
La promesa desde la contienda en las urnas anterior era sacar la plaza de la zona de la colonia Álvaro Obregón y trasladarlo al predio de Santa Rita, en la Junta Auxiliar de la Magdalena Axocopan. Pero conforme pasaron los primeros años y luego con la aparición de la pandemia quedó en intento.
Según los colonos organizados de la Álvaro Obregón, el tianguis de la ciudad representa empleo para aproximadamente 2 mil 500 atlixquences, quienes ofrecen sus productos y ocupan las ganancias para sobrevivir. Junto a ellos, otros mil dependen en gran parte de la renta de bodegas, baños, venta en sus tiendas y hasta por ofrecer comida y cerveza.
“Llevárselo para Axocopan significará un doble sabor. Dulce para los lugareños quienes llevan más de una década exigiendo poner fin al problema. Sobre todo, en tiempos complicados de pandemia. Y dejar de tener basura y otros conflictos hasta cinco días a la semana. Y amargo porque otros ya no tendrán negocios en la zona. Muchas familias llevan al menos dos décadas sacando dinero de ahí ”, refirió en su momento uno de los habitantes de esa área también incluida como de alta incidencia delictiva.
NACER O MORIR
Durante la larga pandemia del Covid-19, en el perímetro del centro de la ciudad cerraron entre 15 y 20 pequeños y familiares establecimientos comerciales de todos los giros. Eso significó la pérdida de unos 70 empleos, la mayoría de atlixquences. Esto de acuerdo con fuentes oficiales.
Recomendamos: Solo dos, las diputadas más productivas de la reelección 2021
De paso, ese problema de salud provocó la no generación en esos mismos espacios de unos 19 millones de pesos por el descenso de hasta el 72 por ciento de visitantes, dictan estadísticas de la dirección local de turismo.
El arranque de las campañas rumbo a la alcaldía se emparejó con el despegue o el permiso oficial de trabajar hasta el 50 por ciento de capacidad de los prestadores de servicios. Esos a punto de morir en el intento de aguantar la crisis económica y de salud del coronavirus.