HUAUCHINANGO, PUE. – Se llamaba Diego Morales Agustín, libró varias suertes en la charrería arriesgando la vida, pero no fue un caballo donde la perdió, fue en una motocicleta sobre la carretera federal México-Tuxpan, antes de llegar a la cabecera municipal de Huauchinango.
Fue integrante de la Asociación de Charros 5 de Mayo Royo A.C. al igual que de otros equipos de charros de la región.
Diego Morales era de Mecapalapa, municipio de Pantepec Puebla. En los potreros de la huasteca poblana inició sus conocimientos de caballos y ganado, rozándose con la vaquerada experimentada de los ranchos ganaderos.
Muy joven llegó a la zona media, entre Huauchinango y Xicotepec prestaba sus servicios de arrendador de caballos y herrador, además de caballerango.
Por su trabajo fue desarrollando habilidades con el lazo, por lo que en las charreadas se distinguía por los piales y sus participaciones en la terna, sin embargo, por sus conocimientos en la rienda, también realizaba la cala de caballo e incluso, el paso de la muerte.
La tarde nublada de este 18 de febrero sus aventuras terminaron, no iba en un caballo común, iba en uno de acero; tal vez una mala maniobra sobre la carretera federal hizo que quedara tendido sobre la carpeta asfáltica.
Los servicios de emergencia llegaron a tiempo y llegó con vida al hospital de Huauchinango, pero no aguantó más.
La última suerte de la vida no la libró y el charro llegó a su fin en el filo de los 30 años de edad.