En la colonia Álvaro Obregón aún se puede apreciar la majestuosidad de la hacienda de la familia Nájera Lagarde, quienes fueron algunos de los principales financiadores del movimiento de los Hermanos Serdán. En la colonia San Miguel, destaca el torreón desde donde el capataz vigilaba que los peones trabajaran en los terrenos de cultivo. Sin duda, estas tierras fueron la cuna de la Revolución Mexicana en San Martín Texmelucan y Puebla.
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Hoy solo queda una pared en la colonia Álvaro Obregón, pero esta ruina es un símbolo de la grandeza que la hacienda representaba para la región. Así lo describió el poeta Gutiérrez Nájera, quien visitaba al menos dos veces al año a su tío José Nájera:
"Se encuentra esta hacienda a un paso del pueblo de San Martín Texmelucan, en el estado de Puebla. Tenía por entonces una vasta casona de 'blancas paredes y de enormes patios'. Paisaje mexicanísimo: al fondo, con sus nieves eternas y los constantes cambios de luz en la nieve, los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl. ¡Qué encanto para los chicos el día en que se comenzaba a hablar de este viaje y, sobre todo, la mañana en que había que levantarse muy de madrugada...!"
En la colonia San Miguel, aún se puede observar el torreón donde el capataz vigilaba que los peones cumplieran con las tareas encomendadas en los terrenos de cultivo.
De acuerdo con Jesús Contreras, cronista de San Martín Texmelucan, desde este punto, al ser el más alto de la población, era posible visualizar la iglesia de San Salvador El Verde, las haciendas de Contla, Chautla o Polaxtla, e incluso algunas que se encontraban en el estado de Tlaxcala.
Las haciendas en San Martín Texmelucan
San Martín Texmelucan, debido a su ubicación estratégica y a la existencia de importantes haciendas como San Antonio Chautla, San Miguel Lardizábal, San Pedro Coxtocan y San Cristóbal Polaxtla, jugó un papel relevante durante la Revolución Mexicana. Estas haciendas no solo fueron puntos de paso de ejércitos, sino también cuna de personajes que participaron activamente en el movimiento revolucionario.
De acuerdo con Jesús Contreras, en el municipio y entre los texmeluquenses se identifican al menos cuatro etapas importantes del movimiento revolucionario: la etapa maderista, la zapatista y la carrancista.
En este contexto, la hacienda de San Miguel Lardizábal tenía una extensión de 616 hectáreas, de las cuales se distribuyeron posteriormente 296 hectáreas a la comunidad de Santa Catarina Hueyatzacoalco, 23 a San Martín Texmelucan y 186 a San Cristóbal Tepatlaxco.
Los Nájera y los Hermanos Serdán
La historiadora Zoila Patricia Montaño destaca que, entre los texmeluquenses, la familia de la hacienda San Miguel fue seguidora de las ideas de Madero y de los revolucionarios poblanos.
Según el cronista Jesús Contreras, las reuniones para planear la Revolución junto con los Hermanos Serdán se llevaron a cabo en un rancho llamado Totolquemetl, hoy parte de la comunidad de San Cristóbal Tepatlaxco, donde aún se conserva ese nombre.
Además, la familia Nájera Lagarde, con el objetivo de frenar el avance de las fuerzas federales hacia Puebla, intentó dinamitar el puente del ferrocarril en la estación de Atotonilco, Tlaxcala, aunque la acción no tuvo éxito.
La historiadora resalta que los primeros brotes revolucionarios ocurrieron el 18 de noviembre de 1910, cuando los Hermanos Serdán dieron su vida por el movimiento antirreeleccionista. Asimismo, destaca que en el municipio existía el Club Liberal de Texmelucan, conformado por José Nájera Lagarde, Juan Hernández Ramírez, Felipe Villardo y Antonio V., quienes apoyaron al general Porfirio del Castillo.
Incluso, uno de los nietos de José Nájera Lagarde, Sergio Nájera García, confirma que su abuelo apoyó económicamente la Revolución, en especial a los Hermanos Serdán. Cabe señalar que José Nájera Lagarde fue presidente municipal de San Martín Texmelucan durante el segundo semestre de 1911 y el primero de 1912.
La Revolución en San Martín Texmelucan
Finalmente, debido a su ubicación estratégica, San Martín Texmelucan fue testigo de enfrentamientos, movimientos de tropas y conflictos locales. También se destacó por la intervención de líderes agrarios que contribuyeron significativamente a la transformación de la estructura social y agraria, así como a la configuración del México moderno.