“Llegué a las seis de la mañana. Son las 12 del día y sigo formada con la posibilidad de no tener suerte y regresar mañana o hasta el fin del plazo ”, dijo entre desesperada, frustrada y enojada una mujer de aproximadamente 22 años de edad proveniente de San Baltasar Atlimeyaya, Junta Auxiliar del municipio de San Juan Tianguismanalco, muy cerca de Atlixco
La anterior, es una escena repetida desde hace dos días en los alrededores de Plaza Atlixco, uno de los tres centros comerciales más importantes de la ciudad y sede del módulo de atención del Instituto Nacional Electoral (INE). El motivo: cambiar la credencial de elector, rectificarle datos y obtenerla por primera vez.
“Atendemos diariamente a 450 personas de ocho de la mañana a seis de la tarde. Todo con las medidas y restricciones sanitarias recomendadas por las autoridades ”, Dijo uno de los vocales de esa 13 Junta Distrital con sede en la cabecera de este municipio.
De acuerdo con las instrucciones del propio INE, a más tardar en 48 horas vence el plazo a nivel nacional para concretar esos trámites. Sobre todo, por ser un año electoral, la dinámica y los tiempos cambian drásticamente, agregó el entrevistado quien pidió el anonimato. “Y por eso es muy probable, para el fin de semana las visitas logren incrementarse hasta en un 150 por ciento. Muchos aún, ya pesar del tiempo implicado para hacer el proceso, dejan todo para el último momento ”, recalcó.
Una parte del largo estacionamiento de Plaza Atlixco, ubicada al sur de la ciudad y en el área comercial de mayor plusvalía, es insuficiente para las interminables filas de ciudadanos provenientes de casi los 20 municipios incluidos en el propio distrito 13. “Hay dos rutas: una para personas ya con cita y derecho a comenzar el trámite. Y la otra para quienes apenas piensan alcanzar una fecha para entrar al módulo ”, descrito un trabajador del INE.
Y el camino es largo, lleno de calor y de muy poca sana distancia por momentos en tiempos de Covid-19. “En los últimos días las filas aparecen a las 4 de la mañana. No está comprobado si alguien ya decidió dormir para ser de los primeros, pero no descartaría eso por el problema de entrar y ser atendido ”, contó un encargado de la seguridad en esa plaza.
Una joven, oriunda de San Juan Tianguismanalco, sonríe irónicamente como una manera de burlarse de esa situación. “Estoy desde las 6 de la mañana ... aunque otros aparecieron a las 4 de la madrugada, y casi no logra moverse la fila. El sol no tiene piedad ”, lamentó mientras camina dos pasos hacia adelante, muy cerca de la banca del transporte público clausurada por la pandemia y las cintas amarillas. Ahí, donde un grupo de mujeres del campo están muy juntas, y algunas sin cubrebocas, tapándose del rey del cielo y perdiendo la cada vez menos paciencia.