Eran las 13:00 horas cuando el regidor de Ecología del ayuntamiento de Santa Rita Tlahuapan acudió a buscar a los líderes comuneros, para avisarles que representantes de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) llegarían alrededor de las 14:00 horas a San Rafael Ixtapalucan y subirían al bosque a realizar una inspección derivada de una queja presentada por ellos, sobre tala clandestina. Estos llegaron una hora y media después, acompañados por ejidatarios forestales –la parte acusada-.
El grupo, junto con dos corresponsales de medios estatales, salió rumbo al bosque a bordo de tres unidades de motor, una de la Profepa, otra de los comuneros y una de los ejidatarios, no obstante, poco a poco fueron llegando al bosque más vehículos con ejidatarios y bloquearon los caminos.
La mañana de ese lunes, El Sol de Puebla publicó la problemática existente en el municipio y evidenciara la pérdida de un área del bosque de aproximadamente 5 hectáreas, la cual es visible desde tomas aéreas y satelitales.
Durante el trayecto al paraje de inspección conocido como Xopana -donde los comuneros detectaron árboles que no fueron autorizados para ser derribados-, un grupo de mujeres ejidatarias iniciaron a lanzar agresiones verbales contra los comuneros con el argumento de que ese predio no estaba dentro de la denuncia a la Profepa y que sólo tenían que hacer el recorrido a El Capulín.
Uno de los comuneros replicó que han hecho lo que les ha podido la Profepa, denunciar con fotografías, dar nombre del paraje donde hay tala clandestina, etc., sin embargo, cuando acuden a realizar la inspección no se habían dirigido con los denunciantes sino con los denunciados. Hasta esta ocasión.
"Por eso ahorita estamos convocándolos a ustedes, pues", señaló uno de los inspectores federales, al tiempo en que otro de ellos respaldó a los ejidatarios al señalar que sólo los habían enviado a inspeccionar el predio El Capulín.
Durante los diálogos entre ejidatarios, comuneros y los funcionarios de la Profepa, uno de los inspectores afirmó que en ocasiones anteriores sí han llegado a atender las denuncias: "Se puso la denuncia que se habían cortado unos árboles de pino, yo, Martín y otra compañera, hicimos el recorrido, detectamos árboles, se acuerda, en su momento se tuvo que haber sancionado… ahí sí yo no le puedo decir", atajó.
Tras la discusión, por insistencia del comisariado ejidal de San Rafael Ixtapalucan y los ejidatarios ahí presentes, el personal de la Profepa ya no realizó la investigación en la zona deforestada y optaron por retirarse del lugar.
Fue en el trayecto al paraje conocido como El Capulín, cuando una de las mujeres argumentó que uno de los líderes comuneros la había golpeado, e inmediatamente el aludido fue golpeado con ramas de pinos, hasta provocarle lesiones en el rostro.
Los trabajadores de la Profepa no intervinieron ante la agresión contra el comunero, ni solicitaron la presencia de elementos de Seguridad Pública para mediar el tema y con ello se evitaran más connatos de violencia.
El grupo continuó el camino en el bosque, pero las mujeres insultaban verbalmente a los comuneros en intención de provocación, después, la unidad de los comuneros, jamás tuvo la oportunidad de tomar otros caminos.
Durante los dos recorridos previos realizados por los reporteros con los comuneros, para la documentación de la tala ilegal, se encontraron veredas y caminos con libre paso, sin embargo, el día de la inspección ya estaban bloqueados con alambre de púas, en especial los que conducen al predio Xopana.
Al llegar a El Capulín, mientras los inspectores de Profepa hacían la inspección, mujeres volvieron a agredir con palos al mismo representante de los comuneros.
Camionetas o grupos de personas fueron observadas bloqueando los caminos alternos, dejando únicamente libre el trayecto que lleva hacia La Pluma –acceso de entrada y salida al bosque-.
REPORTEROS RETENIDOS
Ante las agresiones registradas contra los comuneros, grupo con el que viajaban los reporteros, y la advertencia de las mujeres ejidatarias de golpear a quien tomara fotografías o grabara con el celular, así como la imposibilidad de cruzar La Pluma que estaba bajo el control de los ejidatarios, los retenidos decidieron solicitar el apoyo policial.
Cabe señalar que los primeros en llegar al lugar fueron los municipales de Santa Rita Tlahuapan, quienes reportaron que los corresponsales estaban “comiendo tacos” en el centro de la comunidad, por ello fue necesario que éstos demostraran que seguían la zona forestal. Hasta entonces, arribaron elementos de la Policía Estatal y la Guardia Nacional.
Después de varios minutos, ya cerca de las 7:30 de la tarde, aún con la presencia de los uniformados, La Pluma continuó cerrada, hasta que finalmente, un grupo de turistas llegó al sitio con la intención de visitar el Valle de las Luciérnagas que se encuentra la zona. En ese momento, los ejidatarios se vieron obligados a abrir el acceso, lo cual fue aprovechado por los reporteros para salir y abandonar el municipio.
Cabe destacar que los representantes de la Profepa aseguraron que nunca estuvieron retenidos y que tampoco hubo reporteros durante la inspección.
Una vez abierta La Pluma, comuneros, ejidatarios y representantes de la Profepa se dirigieron a la comisaría, donde durante más de tres horas continuó la discusión, con la intención de que el dirigente de los comuneros reconociera que él había agredido a las mujeres. Al final, sólo se firmó el documento de la inspección de la Profepa en El Capulín.