Los operativos en contra de las motocicletas en esta ciudad ya despertaron la polémica. Mientras los afectados aseguran es una estrategia del gobierno local para sacarles dinero, las autoridades argumentan que el 75 por ciento de los asesinatos ocurridos desde el último trimestre de 2018 a la fecha, tienen una significativa relación con el uso de estas unidades.
Desde el último trimestre del 2018, y todavía en el gobierno del ex edil panista José Luis Galeazzi Berra, primero en las entradas y salidas de la ciudad, tanto en el norte como en el sur, fuertes operativos llenaron de incomprensión a decenas de motociclistas.
Después fue en calles estratégicas de la mancha urbana y en cruces importantes. También se realizaron por las tardes y alternadamente en las noches, la Dirección de Seguridad Vial levanta entre 10 y 15 unidades, la mayoría motonetas.
El objetivo, dijo en ese entonces el director de Seguridad Pública, Javier Machuca Vargas, era evitar accidentes y comprobar la procedencia de los pequeños automotores. Esto último por una razón: había aumentado el número de denuncias por robo de éstas, además recuperaron algunas en manos de los ladrones.
Pero quienes no llevaban motos robadas, no portaban placas, licencia o casco. La infracción es de entre 350 y 400 pesos. Y para evitar los retenes, en las redes sociales subían fotos de los lugares exactos de la intervención de los agentes de vialidad.
Las críticas llovieron bajo el argumento de “entretenerse” más con la idea de quitar las unidades a los dueños, y “no detener a los verdaderos ladrones”.
Sin embargo, citó una fuente de la actual Dirección de Seguridad Pública, las cosas cambiaron con respecto a ese automotor. “No sólo intensificamos los operativos, son más seguidos y con criterios más contundentes. No deseamos llevárnoslas, por el contrario, deseamos proteger a la gente detectando a posibles asesinos”, añadió.
Por algo, destacó finalmente, el 75 por ciento de los recientes asesinatos o ejecuciones en Atlixco ocurrieron desde una motocicleta. “En algunos casos en motoneta y en otros con verdaderos caballos de acero para escapar con mayor facilidad”.
“Los delincuentes regresaron o comenzaron a copiar la fórmula de otros países: eliminar a alguien desde ahí. No todos los motociclistas en Atlixco son potenciales malas personas, pero algunos todavía deben estarse paseando en ellas en busca de su nueva víctima”, aseveró.