Inicia el tradicional carnaval de Huejotzingo

Pese al terremoto del 19 S los mosquetones retumban durante la celebración

Pilar Pérez

  · domingo 11 de febrero de 2018

El carnaval en su 150 edición por fin llegó. Las nubes de humo causadas por la pólvora disparada por los mosquetones siempre es la sensación entre la multitud y esta vez no fue la excepción, pues el ruido logró estremecer a todos a pesar de los daños que algunos inmuebles sufrieron a causa del terremoto del pasado 19 de septiembre.

Igual que cada año se permitió el uso de este explosivo que fue vigilado por un fuerte dispositivo de seguridad integrado por más de 200 elementos para prevenir todo tipo de percances, aunque la afluencia de asistentes también fue considerablemente menor a la que se espera el martes de carnaval.

A diferencia de otros años, el arranque de este desfile se desarrolló en completa tranquilidad pues ni siquiera por disturbios menores fueron detenidas personas para ser llevadas a la Comandancia como ha sucedido en ediciones anteriores.

Para este 2018 se espera la participación de más de 20 mil danzantes de todos los barrios que integran el municipio, mismos que se dividen en cinco diferentes batallones: zuavos, zacapoaxtlas, turcos, zapadores e indios.

Ayer arrancó el carnaval con el primer desfile y la entrega de la plaza de armas por parte del Ayuntamiento de Huejotzingo al comité organizador, con lo que este último tiene autoridad sobre los danzantes y la obligación de procurar el orden durante el periodo que se lleva cabo este ritual.

Poco después del mediodía el presidente municipal, Carlos Alberto Morales Álvarez, realizó la entrega de la plaza de armas al comité organizador de la 150 edición del Carnaval de Huejotzingo que el pasado año cumplió dos décadas de haber sido declarado como Patrimonio Cultural del estado de Puebla.

Fue a unas cuadras de la plaza de armas, donde se ubicaron las gradas para los asistentes, desde el templo conocido como La Villita, que comenzaron a reunirse los integrantes de una veintena de batallones, donde “calentaron motores” descargando sus escopetones labrados al aire y participando en pequeños enfrentamientos.

Esta representación en el municipio recrea tres sucesos: la lucha contra la intervención francesa en México, la leyenda de Agustín Lorenzo así como el primer casamiento indígena.

LA VESTIMENTA

El batallón de los zapadores, por ejemplo, se caracteriza por el uso de prendas con colores patrios tanto en el traje como en los sombreros. Los Zacapoxtlas salen con vestimenta de manta y sombreros de palma.

Los indios recorren las vialidades con sombreros de palma adornados con papeles de colores y en cuyo centro colocan la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Mientras que los turcos fueron identificados por sus trajes en color azul y blanco, turbantes y barba puntiaguda, con unas gafas o una pipa sobre las máscaras como toque adicional.

En tanto que los zuavos usan chaquetín color azul, botas, talines en el pecho y un turbante en la cabeza.

Los más pequeños también han sido integrados a este ritual, toda vez que asisten junto con sus padres y alguna de estas prendas en los diferentes batallones con la intención de formar parte de las tradiciones que caracterizan al municipio.

Alrededor del zócalo también fue posible ver la instalación de diferentes puestos ambulantes que lo mismo ofrecieron comida que bebidas alcohólicas aunque en menor cantidad.

Hasta el próximo 13 de febrero, que será el martes de carnaval, se llevará a cabo cada día un desfile en punto del mediodía y será hasta pasado mañana cuando se logren reunir los más de 20 mil danzantes en la misma colorida y escandalosa pasarela.