Este 29 de julio arrancó la feria de la tuna y el nopal en el municipio de Acatzingo, puntualmente en la comunidad de San Sebastián Villa Nueva, una actividad en la que se pudieron encontrar artesanías, helados, pasteles, jabones, shampoos, mermeladas y varios productos derivados del “otro oro verde”.
Fueron 50 stands lo que se colocaron en la plaza principal de esta comunidad y en la inauguración se llevó a cabo la coronación de la reina, Janeth Velásquez, quien en su discurso agradeció la existencia del nopal y la tuna, ya que, gracias a ellos, en su pueblo hay trabajo, comida y oportunidades para salir adelante.
Los comerciantes que acudieron coincidieron con estas palabras, ya que el nopal son su sustento y el producto que les ha ayudado a salir adelante. Por ejemplo, Rosy Arcos se dedica a la artesanía de fibra de nopal. En esta zona es común que la gente se dedique a la producción tanto de nopal, como tuna, pero veía que se desperdiciaba mucho, por lo que empezó a ocuparlo para crear aretes o arreglos.
“Al observar la fibra encontré su textura se presta para hacer lo que son flores, aretes, entre otros. Hay algunas que no se moldean, con esas hago servilleteros, con las que se moldean hago flores y con las más delgadas las hilo y hago adornos de botellas o saleros. Para mí nada es desperdicio, yo lo ocupo para que no se eche a perder, después de la muerte todavía hay vida, es la prueba, hay belleza y arte”, compartió.
Dentro del lugar, había información que destacaba que en Acatzingo hay 3 mil productores de tuna, así como nopal y que dicha demarcación tiene el primer lugar en producción a nivel estatal. Una de esas productoras es Elizabeth Alejandro, quien en esta ocasión quiso hacer tacos de nopal con tortilla de nopal y la ayudó Eleudelia Sandoval.
“Nosotras cosechamos nopal, pero para la feria quisimos probar suerte con tacos de bistec, nopal y tortilla de nopal. Todo lo guisamos aquí mismo y la tortilla es verde porque a la masa le agregamos nopal y espinaca para que tome su color, todo es natural”, explicó.
Elizabeth le agradece al nopal que tenga trabajo, ya que así puede darle una mejor calidad de vida a su hija, una bebé de nombre Violet. Sus tortillas, causaron furor en la feria, ya que no es normal ver tortillas de color verde.
Lo mismo ocurrió con Cristina de la Luz, pues toda su familia se dedica desde hace 15 años a vender licores, jugos y mermeladas de nopal, así como tuna. Es un negocio familiar que va de generación en generación y espera que nunca acabe, ya que es un producto que les da orgullo, pero también, que les da empleo.
Para ellos, el nopal es su vida, es su trabajo, es amor, es México y esta feria es la oportunidad de dar a conocer los diferentes productos que pueden hacerse en diferentes variedades. “Lo que más nos piden son los licores de nopal, estamos aquí en la feria, pero tenemos un negocio fijo en una colonia que se llama La Candelaria”, indicó.
También se pudieron disfrutar yogures de tuna, gelatinas de nopal, mermeladas de nopal, así como tuna y tamarindos con tuna. Gelatinas de tuna blanca y polvo de nopal deshidratado por si alguien tiene mala digestión. Panques, pies, pasteles de nopal y hasta muffins.
Aguas de tuna y de nopal, guisados de nopal flotante, nopales asados, nopales en escabeche, nopales con diferentes tipos de carne y para acompañarlo de poste varias tunas con chilito. Pese a que el pasado 25 de julio se llevó a cabo una conferencia en la capital para dar a conocer esta actividad, no llegó el número de asistentes deseado.
Los comerciantes esperan que este 30 de julio pueda llegar más gente.