En el municipio de Francisco Z. Mena, la aplicación del insecticida en unas 3,000 hectáreas de naranja exterminó a miles de abejas utilizadas para la producción de miel. "El daño es incalculable, porque es una sustancia que se expande de manera multiplicada", explicó Francisco Marroquín Gayosso, presidente de la Escuela del Campo de Apicultura y Meliponicultura.
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La fuente de información es un productor de miel en el municipio de Venustiano Carranza, quien además encabeza una organización dedicada al aprendizaje de prácticas ancestrales para el aprovechamiento de la miel.
Explicó que entre los últimos días de 2023 y los primeros de 2024 se aplicaron numerosos frascos del insecticida denominado “Benevia”, que según la información en el sitio web de la marca, “es un insecticida foliar formulado como dispersión en aceite a base de 100 g/L de Cyazypyr, diseñado para maximizar su penetración en la hoja y el movimiento sistémico local, lo que mejora la habilidad del producto para controlar diferentes tipos de plagas”.
El pesticida combatiría el 'dragón amarillo', pero generó un daño colateral
El objetivo fue controlar una plaga denominada “dragón amarillo” que está presente y avanzando en las huertas del municipio de Francisco Z. Mena, pero –según dijo- no se consideró que el efecto colateral sería devastador para las abejas.
De acuerdo con los datos del productor, “la medicina” se aplicó en unas 3,000 hectáreas de huertas de naranja, pero una de las características del insecticida es que “se expande hasta siete kilómetros a partir del punto donde se aplicó, por lo que su efecto es mayor, más aún si consideramos que su efecto letal dura hasta 30 días”.
Indicó que lo paradójico es que el insecticida fue distribuido por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER). Recordó que en ese tiempo, ellos se enteraron e investigaron sobre el agroquímico, descubriendo que es un producto útil para una plaga, pero con efectos contraproducentes.
Compartió que hubo una “resistencia” a la aplicación del insecticida, en la que se unieron productores de miel de Francisco Z. Mena, y ellos estuvieron solidarizados con ellos, además de que son un municipio vecino que también pudo resultar afectado.
Refirió que estuvieron enviando escritos a la Delegación de SADER en Puebla e incluso a la Secretaría del Medio Ambiente para informar sobre lo que estaban repartiendo y el daño que estaban ocasionando. "Hubo una pausa en los trabajos, pero después terminaron de aplicar en las hectáreas que mencioné", expresó el apicultor.
La apicultura es vital para la agricultura en el norte del estado de Puebla debido a su papel en la polinización, la sostenibilidad del ecosistema, el impulso a la economía local, los beneficios ambientales y la educación. Esta actividad no solo mejora la producción agrícola, sino que también contribuye a la conservación del medio ambiente y al desarrollo socioeconómico de la región.