“Nadie dijo que llegar al paraíso sería fácil”, decía un letrero instalado sobre la única carretera, sinuosa, que dirige al Pueblo Mágico que obtuvo el distintivo por parte de la Secretaría Turismo (Sectur) desde 2002, año en el que inició un importante desarrollo económico en torno a la industria turística, pero que ha sido opacado por la inseguridad.
La denominación “vino a ser un respiro”, aseguró Marlene Molina Ruiz, directora de Turismo, para el municipio que se sustentaba financieramente de la producción del café, que en los años 80 sufrió una caída de precios y una nevada terminó por sepultar la principal actividad económica.
En 2017, el Pueblo Mágico recibió 198 millones 750 mil pesos, más de 99 millones de pesos que un año antes de recibir el distintivo, o un aumento de 100 por ciento, que también se notó en la cantidad de hoteles y restaurantes, pues pasaron de 340 a 740 durante ese periodo, además se abrieron agencias de viajes, tiendas de artesanías o de venta de bordados originales de los pueblos que habitaron en la región del Totonacapan.
Hoy la actividad económica de este municipio ubicado en la Sierra Nororiental de Puebla se basa en el turismo, consideró la funcionaria municipal.
En segundo lugar quedó la producción de café y de pimienta. Tan solo el año pasado Cuetzalan tuvo una afluencia de 271 mil 56 turistas, cuando normalmente sumaban alrededor de 80 mil al año, antes de 2002.
El progreso en la cabecera municipal es visible. Existían viviendas que hoy se han convertido en restaurantes y cafés, principalmente; además se han inaugurado tiendas que venden todo tipo de productos, instalado bancos, explotado sitios turísticos naturales que antes sumaban 9 y hoy existen 16.
El ecoturismo ha tenido un impulso importante con la instalación de tirolesas, recorridos por grutas y cascadas, además se han desarrollado otras actividades como escalada y rapel. Se abrieron cabañas y casas de descanso, asimismo se organizan festivales como el de Almas, Sones y Colores que este viernes tuvo su primera edición y se prepararon actividades culturales.
Este fin de semana se lanzarían globos de Cantoya en memoria de las almas que se han ido, como una tradición del municipio que ahora busca ser explotada como producto turístico; sin embargo, así como llegó el desarrollo económico, la inseguridad también creció.
FUGA DE CAPITAL
Hace unas semanas un grupo completo de turistas fue asaltado a mano armada, también fue violada una joven, hace tres días fue hurtada una cafetería ubicada en el centro de la ciudad y otros comerciantes son víctimas de extorsiones, “cobro de piso” como comúnmente se conoce. Los delincuentes piden hasta 30 mil pesos mensuales para dejaros trabajar tranquilos, de acuerdo con relatos de los pobladores.
Óscar Rubén Dattoni Herrera, coleccionista y originario de ese municipio, decidió después de un sueño, convertir su vivienda en un restaurante muy peculiar en el año 2011 que se llama “La Época de Oro”, donde tiene alrededor de 9 mil piezas antiguas, algunas registradas ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que adornan las mesas donde se sientan sus clientes.
Sin embargo, a pesar de la bonanza que ha representado para él y su poblado la denominación de Pueblo Mágico, la inseguridad ha ahuyentado por lo menos al 70 por ciento del turismo extranjero y hoy es el nacional quien más visita el municipio.
Supone que existen prácticas que también han comenzado a mermar el desarrollo económico porque “la magia de un pueblo mágico no se basa en su mercado”, dijo, donde se venden películas pirata e incluso inicia la proliferación del “mercado negro” por personas que llegan de la capital del estado a distribuir artículos robados, también arriban de Zacapoaxtla, Teziutlán, Tlatlauquitepec o Tepeaca, sin dar paso a los productos que vende el pueblo originario.
La anterior administración panista, dijo, hizo mal su trabajo en el sector turístico y aseguró que debido a las malas prácticas está a punto de perder su denominación.
Una vendedora comentó que incluso los mismos elementos de seguridad pública eran quienes protegían a los delincuentes, conocidos por los pobladores, que se niegan a denunciar por miedo, como ella, que no quiso revelar su nombre, pero aseguró que antes de que Cuetzalan fuera nombrado Pueblo Mágico el turismo extranjero predominaba, pero la inseguridad lo alejó.
Los visitantes que recibe el municipio provienen principalmente de la Ciudad de México, el Estado de México, Jalisco, Morelos, Veracruz, además de Monterrey y Tamaulipas, mientras que de Estados Unidos son originarios los internacionales.
CAÍDA DE VENTAS
Cabremi es el nombre de la marca de salsas y licores de la familia Cabrera Mina. Marlene vende desde hace algunos años los productos que elaboran sus padres. Su madre hace los productos y su padre cosecha la materia prima, maracuyá, naranja; jitomate criollo y chiles. Su producción ha crecido hasta 500 por ciento gracias a que aumentó la afluencia de visitantes tras la denominación de Pueblo Mágico.
Sin embargo, igual que otros comerciantes, la inseguridad que aumentó en los últimos años, consideró que ahuyentó, sobre todo, al turismo internacional; y el nacional, debido a la situación económica que consideró mala, llega de vacaciones o de visita a Cuetzalan con un presupuesto limitado.
La región en la que se ubica ese municipio es del Totonacapan. En esa zona había asentamientos totonacos, antes de que los chichimecas los desplazaran, después el imperio mexicano sometió a todos a su férula y en esas condiciones las encontró el conquistador. En ese municipio se encuentra además la zona arqueológica de Yohualichan, que también forma parte de los atractivos turísticos.