Juan Galindo, Pue.- El anuncio realizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el otorgamiento de jubilaciones para casi 900 extrabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) generó un conflicto entre sindicalizados del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), mismo que ha dejado personas detenidas, bardas de protesta vandalizadas, acusaciones cruzadas, entre los grupos de los dirigentes Rosendo Flores y Martín Esparza.
La disidencia en el SME ha existido desde que se emitió el decreto presidencial para la extinción LyFC en el sexenio panista de, Felipe Calderón Hinojosa, sin embargo, el sector político antagónico al Comité Central tomó valor para externar su postura al percatarse que la Presidencia de la República no simpatiza con la actual dirigencia del gremio.
El alejamiento entre López Obrador y el secretario General del SME, Martín Esparza, quien se ha mantenido en el poder por más de una década, quedó al descubierto cuando el jefe del ejecutivo federal invitó al ex líder de los trabajadores, Rosendo Flores, al anuncio de las casi 900 jubilaciones de extrabajadores afectados por la extinción de LyFC. En esa conferencia mañanera el presidente de la República dio visos que el logro de las pensiones fue de Rosendo y no de Martín.
En la apertura de las definiciones de las candidaturas al gobierno de México, Martín Esparza anunció su apoyo como líder del SME a María de Jesús Patricio Martínez, mejor conocida como Marichuy, vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y aspirante indígena a candidata independiente a la Presidencia de la República, finalmente no le alcanzaron las firmas, sin embargo, la acción habría sido tomada por AMLO como una alianza del Martín, con el “neoliberalismo que intentaba descarrilar el inminente triunfo del actual presidente”, aseguraron algunos disidentes.
En cambio, también la determinación del actual líder del SME fue asumida por los antagonistas como un pago de factura política a Enrique Peña Nieto, por haber entregado la infraestructura del complejo hidrométrico Necaxa al sindicato, para que éste a la vez, lo aportara a la trasnacional portuguesa Mota Engil y juntos conformaran la Generadora Fénix.
Los disidentes han emprendido algunas manifestaciones con lonas en mano, en donde agradecen a Andrés Manuel López Obrador las casi 900 jubilaciones para quienes lograron acumular 19 años, seis meses y un día y también su rechazo a Fénix, empresa que no ha dio respuesta para lograr la reinserción laborar de los más 15 mil ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, en cambio, sólo se beneficiaron los “más allegados al comité central del SME o de Martín Esparza”.
En la pinta de bardas, ya hubo dos detenidos por la policía municipal de Juan Galindo quienes fueron acusados de no tener permiso para los rótulos y la autoridad les pidió que debían tener una concesión oficial de Obras Públicas, los rotulistas argumentaron que contaban con la anuncia de los propietarios de las paredes, pero aun así se los llevaron a los separos.
La versión de la presidencia municipal es que, “quienes pintaban las bardas no presentaron ningún permiso y además se pudieron con una actitud difícil contra los oficiales y tuvieron que ser detenidos”.
Por otro lado, las bardas rotuladas con las leyendas citadas por parte de la disidencia han sido “constantemente vandalizadas, pues tras pintarse, al otro día aparecen manchadas o repintadas de color blanco”, según denunciaron.
Los declarantes indicaron que la disidencia en el SME es “más grande de lo que se aparenta, sólo que varios compañeros no se manifiestan por miedo a los golpeadores oficiales o por miedo a que les quieten su lugar de trabajo que ahora tienen en Fénix”.