Familiares de Dysha Guadalupe acusaron que personal del Centro de Reinserción Social de Chignahuapan sometieron a la joven a castigos como golpes, dejarla sin comer, mantenerla esposada y desnuda, además de incomunicada por periodos, por lo que ya presentaron denuncia penal y queja ante la Comisión de Derechos Humanos en el Estado de Puebla, organismo que ya prepara una visita al penal.
Y es que según comentó la madre de la interna, en entrevista, la Persona Privada de la Libertad (PPL) fue detenida por el delito de "complicidad", luego de que no denunció el maltrato que padecía a su hijo de dos años, por parte de su ex pareja y la familia de éste.
Aunque han pasado ya cuatro meses desde la detención, ninguno de los tres abogados que han intentado apersonarse para la defensa ha logrado asumir el cargo; tan sólo este fin de semana, dos defensores de oficio diferentes han tomado conocimiento del asunto.
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Sin embargo, lo más delicado, según la entrevistada, inició cuando alrededor de las 7:30 horas del pasado 23 de julio, le marcaron de este centro de internamiento para decirle que su hija estaba siendo humillada por la directora, que -según la fuente – se llama Lucero Nelly Mayo y su personal. La llamada se repitió alrededor de las 22:00 horas de ese mismo día.
La familia sospechó, antes de esa llamada, que algo no andaba bien porque desde hace más de 15 días que no la dejaban encontrarse con su hija, toda vez que, según les argumentaron, estaba enferma de todos y de gripa. Ese mismo día, el hermano de la detenida, pudo visitarla y encontró que presentaba huellas de golpes en el rostro.
Según la entrevistada, así como los documentos y capturas de WhatsApp que compartió para la publicación de esta nota, le dijeron que la interna había sido castigada por rebelde, por tres días, razón por la que no se había comunicado.
Pero la versión de la familia es otra, en primera que, en el contacto que pudieron lograr tener, tras solventar varios obstáculos, supieron que había permanecido desnuda, golpeada, sin comer y esposada.
Cuando notaron que la familia se estaba moviendo, ante estas presuntas anomalías, la directora dio de comer a la interna y le tomó fotografías, incluso, justo en el momento en el que se estaba comunicando con la mamá, desde el teléfono de la funcionaria, a manera de tratar de “maquillar” o suavizar la situación.
Sin embargo, la fuente señaló que la interna sí alcanzó a decir que la habían mantenido desnuda y esposada, momentos antes de que colgaran la llamada. También se dieron cuenta que, quizás por los días que lleva sin comer, a la hora de que la alimentaron reaccionó de manera negativa y enfermó del estómago, incluso vomitó en varias ocasiones.
La fuente aclaró que, al parecer, el castigo derivó luego de que la interna se negó a limpiar el excremento de otras internas, que, al parecer, habrían defecado en las regaderas. La entrevistada señaló que, durante este fin de semana, realmente temió por la vida y la integridad física y emocional de su hija.
Movida por este temor, se comunicó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, quienes, acorde con lo narrado, este domingo y lunes podrían realizar una visita para resguardar la condición de la detenida. Mientras tanto, ya preparan acciones penales contra quienes resulten responsables.
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