Por segunda ocasión en menos de cinco meses, un comerciante de la ciudad de Puebla fue víctima del robo de una camioneta, solo que en esta última ocasión, señaló que únicamente pondría la denuncia, pues en la primera vez terminó pagando 40 mil pesos para recuperar la unidad, entre arrastre, corralón y el “refresco” para los marinos.
José Hipólito N. acudió la mañana de ayer a Casa de Justicia de Tehuacán, a poner su denuncia por el robo de una camioneta Ford Ranger 2011, cargada con más de 100 mil pesos en mercancía, la cual robaron el sábado por la mañana en el mercado La Purísima, sin embargo, carecía de los papeles que le pedían para la denuncia, por ello, expresó molesto su inconformidad contra las autoridades.
Dijo que hace cinco meses, sobre la carretera Cuacnopalan-Oaxaca, antes de llegar a esta ciudad, fue interceptado por hombres armados y lo despojaron de una camioneta Nissan 2018, tanto su esposa, su hijo y él fueron golpeados y abandonados en la carretera. Luego de pedir ayuda, llegaron a esta ciudad a poner la denuncia correspondiente en todas las dependencias.
Al siguiente día, le hablaron de Fiscalía General de la República (FGR), señalándole que la unidad había sido recuperada por personal de la Secretaría de Marina, por lo que debía presentar papales para recuperarla. Durante 20 días estuvo lidiando con supuestos trámites, pero le indicaron que todo tenía un costo.
La víctima de robo, pagó la cantidad de 10 mil pesos de un arrastre de Esperanza a Tehuacán, así como 20 mil pesos de corralón por los 20 días que permaneció en el resguardo de la dependencia, pero, además, le pidieron 10 mil pesos para que los marinos se tomaran un “refresquito” por haber recuperado la camioneta, pagando un total de 40 mil pesos.
En esta ocasión, el propietario de la unidad robada el pasado fin de semana, dijo que solo pondría la denuncia ante la FGE para evitar alguna responsabilidad, si es que ocupan su camioneta para cometer algún delito, sin embargo, dijo que no estará dispuesto a pagar nuevamente a las autoridades que, en lugar de apoyar, resulta que son nuevamente víctimas de ellos, que piden dinero para agilizar los trámites.