"Zacatlán de mis recuerdos” es la quinta etapa de los vitromurales que han dado fama artística y el nuevo atractivo turístico de este pueblo mágico y que fue inaugurada el sábado. A través de sus 19 murales reproducen fotografías de paisajes antiguos de esta ciudad, el más antiguo data de 1880. Para esta etapa de la obra, aumentó el grado de complejidad por el tamaño diminuto de más de un millón de piezas de loza, armónicamente colocadas, para dar vida a estos paisajes que conservan el color sepia usado en las fotografías de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Es necesario explicar que los vitromurales usan piezas de losas recortadas a mano para reproducir paisajes y otros elementos artísticos. En sus primeras cuatro etapas reproducían aspectos icónicos de Zacatlán, su gente y tradiciones, para luego dar paso a una etapa en la que se hablaba del mundo antiguo de la cultura náhuatl prehispánica, con su cosmogonía de la vida y la muerte. La cuarta etapa incluyó reproducción de paisajes bíblicos, todos estos ubicados en el panteón municipal, a unas calles del centro histórico. La quinta etapa está en el conocido “Callejón del hueso”.
En entrevista, María del Carmen Olvera Trejo, regidora de turismo e impulsora de esta iniciativa, les llevó casi dos años llevar a cabo la obra y aún falta uno de los murales, con una razón justificada: es un homenaje a Delfino Ortega, el hombre que llevó la primera carreta en la que viajó la primera reina de la manzana en 1941 y que falleció el 15 de mayo pasado, a los 89 años de edad, convirtiéndose en una emotiva conmemoración para este personaje de Zacatlán, cuya fotografía ya no alcanzó a estar en esta etapa.
Sin embargo, la obra de los 18 artistas más otros colaboradores que llevó un año y 11 meses reproducen fotografías antiguas del siglo XIX y XX, la más antigua de 1880 en la que se ve al palacio municipal con calles que todavía no eran empedradas.
Son 19 murales, todos con medidas diferentes, pero en promedio de 3 metros por cuatro de altura, el más grande es de 4 × 6. La suma de todos requirió más de 1 millón de piezas de loza, todas cortadas a mano y con una precisión casi quirúrgica. La entrevistada resaltó el trabajo de la comunidad y en especial de tres jóvenes de 13, 14 y 16 años, guiados por un grupo de artistas.
Sobre los proyectos que tiene en puerta es ampliar la obra en este callejón, esta vez reproduciendo paisajes a colores, toda vez que es más estrecho y así le darían mayor vida. Adelantó que en esa sexta etapa contará con el apoyo de la Fundación Amparo. También anticipó que para la reproducción de una imagen de la virgen de Guadalupe y hasta la creación de la marcha de la luz y la candela en esta parte de la ciudad, en un futuro próximo.