Una pareja de esposos denunció haber sido víctima del despojo de su terreno por un grupo de personas dueñas de un fraccionamiento en el municipio de Tepeojuma, a quienes acusan de asociación delictuosa, lavado de dinero y corrupción, esto luego de que presuntamente se apoderaran de terrenos y casas en la zona, aprovechando las ausencias por la pandemia.
De acuerdo con Justino Isaías Santos Valladares, apoderado legal de Pedro Guzmán y Rosa Romano López, la pareja adquirió un terreno en 1984, con el número 21 de la manzana 12, en costo de 102 mil 410 pesos, a la sociedad mercantil denominada Inmuebles Rústico y Campestre SA, representada por David Núñez Asensio, en el rancho denominado Los Chatos, actualmente Cañaverales, en Tepeojuma.
Posterior a la compra del terreno, los propietarios frecuentaban su propiedad constantemente para darle mantenimiento, sin embargo, por la pandemia del Covid19 dejaron de asistir en 2020, sin embargo, en la visita más reciente que realizó el lote, este ya estaba cercado y en venta. Al pedir información a la inmobiliaria, indicaron que dicha empresa ya no existe, y que los documentos que les dieron no tienen validez, pese a que la escritura estaba registrada ante un notario público.
De acuerdo con el testimonio, son tres sujetos que se hacen pasar por abogados, y que según Santos Valladares su modus operandi consiste en que uno de ellos, posee un plano de todos los terrenos existentes en el fraccionamiento, cobra por la medición del espacio en cinco mil pesos, luego se lo comunica a una segunda persona, por consiguiente, tramitan una vez más la escritura pero de manera fraudulenta ante la notaría, misma que sería cómplice del hecho. Esto, para que el gobierno municipal entregue los lineamientos y el número oficial a los hampones.
Dijo que al parecer el grupo de defraudadores tiene acuerdo con personal de una notaría ubicada en la ciudad de Puebla, para que les entregue traslado de dominio y de esta manera puedan cambiar los terrenos a su nombre de manera ilegal. Finalmente, cualquier afectado cuando acude a la inmobiliaria le informan que la empresa es fantasma y que se dejaron engañar, quedándose de esta manera el grupo de defraudadores con casas y terrenos que no son suyos.
Después de quedarse con las propiedades, las poner otra vez en venta, hasta que nuevamente algún interesado adquiera el mismo terreno y pongan en función de la manera de operar. Una práctica realizada durante más de 30 años, sin que ninguna víctima interponga alguna denuncia, ya que se asegura que los señalados estarían involucrados, además, con un grupo delictivo que opera en la zona.
Ante esta situación Justino Isaías Santos Valladares dijo que presentó formalmente una denuncia por escrito ante la Fiscalía General del Estado en contra de dichos hermanos y cómplices por el delito de asociación delictuosa, lavado de dinero y corrupción, más los que resulten.