Majestuosos Altares de Cuaresma en Quecholac

Durante los viernes que anteceden a la Semana Santa, los feligreses colocan monumentales  ofrendas de flores y frutas 

Silvia Campos / El Sol de Puebla

  · martes 20 de febrero de 2024

Los altares se han convertido en una tradición única. Foto: Cortesía

Inicia la temporada de Cuaresma y con ella una de las tradiciones más emblemáticas del municipio de Quecholac y la región, se trata de los majestuosos altares de frutas y flores que cada viernes se erigen en las capillas de los siete barrios; lo que pocos saben, es que esta costumbre tuvo su origen hace más de 150 años, cuando un campesino del lugar decidió pagar una manda elaborando el primer altar a Jesús de Nazaret.

En entrevista para El Sol de Puebla, Sergio Simón Mendoza, contó que su bisabuelo don Nicolás Tenorio de ocupación campesino, fue el primero en elaborar un altar en la capilla del Rosario en el año 1870 aproximadamente y para ello, utilizó fruta de temporada, flor de gladiola y nardo, así como hojas de tepejilote.

Relató que el motivo que orilló a don Nicolás Tenorio a realizar un enorme altar en el recinto sagrado fue el pago de una manda, por lo que compartió: “Eran tiempos de pobreza y hambre en Quecholac, la familia la estaba pasando muy mal, por lo que le pidió a Dios que les socorriera lo indispensable para vivir y a cambio le ofrecería lo que estuviera en sus manos”.

En miércoles de ceniza, poblanos muestran su fervor. Foto: Bibiana Día / El Sol de Puebla

Y así fue, narra Sergio, “Vinieron tiempos mejores y en pago por las bondades recibidas, mi bisabuelo le hizo un enorme altar al todo poderoso, otras personas de la comunidad se alegraron al ver el gesto, y decidieron replicarlo en sus capillas”.

Detalló que esta tradición se ha transmitido de generación en generación, ya que después de su bisabuelo, la organización del altar de la capilla del Rosario recayó en su tío Simón Dionate Tenorio Matías y posteriormente en doña Josefina Paula Tenorio Matías, madre del entrevistado.

Hasta 80 mil pesos gastan las familias en un altar

Sergio Simón Mendoza explicó que los enormes altares se realizan a base de frutas como naranjas, melones, sandías, piñas, plátanos, manzanas, así como arreglos florales que son elaborados exclusivamente para la celebración.

Agregó que para construir un altar de este tipo las familias invierten hasta 80 mil pesos, y la razón, es que se trata de una forma de agradecer a Dios los favores recibidos a lo largo del año litúrgico, por lo que no escatiman en frutas, flores y otros materiales para su confección.

Además, mencionó que en Quecholac las familias se reúnen desde un día antes para comprar todo lo necesario y el viernes por la mañana elaboran de manera cuidadosa cada uno de los adornos que colocan en el altar con la finalidad de preservar la fe que les fue heredada por sus padres y abuelos.

Don Nicolás Tenorio de ocupación campesino, fue el primero en elaborar un altar en la capilla del Rosario en el año 1870 aproximadamente. Foto: Cortesía

Informó que los altares son abiertos al público desde las 18:00 horas y hasta la media noche de cada viernes de Cuaresma, momento en que los feligreses acuden a realizar la visita y admirar con gran devoción los espectaculares adornos.

Reseñó que, así como en la capilla del Rosario, también los visitantes pueden admirar los grandes altares de frutas y flores en los templos de Padre Jesús, El Calvario, San Lorenzo, San Juan, San Dieguito, La Cruz del Reloj y Las Ánimas.

Finalmente, Sergio Simón Mendoza Tenorio dijo sentirme muy orgullo de ser parte de la familia que inició con una tradición que se ha convertido en la más emblemática de la región centro-este del estado poblano en la temporada de Cuaresma y Semana Santa.

Siempre hacen celebraciones en su honor. Foto: Comité de padre Jesús de la parroquia de San Cristóbal Tepeojuma

¿Dónde queda Quecholac?

El municipio de Quecholac encuentra a unos 55 kilómetros de la ciudad de Puebla, se puede llegar en vehículo sobre la autopista Puebla-Orizaba o bien por la carretera federal a Xalapa, el tiempo de recorrido es de una hora aproximadamente.

Limita al norte con el municipio de General Felipe Ángeles, al noreste con el municipio de San Juan Atenco, al este con el municipio de Chalchicomula de Sesma, al sureste con el municipio de Palmar de Bravo, al suroeste con el municipio de Tecamachalco y al oeste con el municipio de Acatzingo.