Luego de que el presidente municipal, Rubén Barba Mier, dejó plantados a los habitantes de Tetela de Ocampo en dos ocasiones consecutivas para tratar asuntos relacionados con el control del agua a manos de un grupo político y, por otro lado, externar que quejas sobre problemas derivados de su mala administración, un grupo de personas optó por tomar, de manera pacífica, las instalaciones del ayuntamiento de este Pueblo Mágico, ni la lluvia los detuvo para esta protesta.
En esta demarcación que, hasta hace unos seis años era el ícono de la Sierra Norte de Puebla por la y del medio ambiente, con toda devastación que representaba un proyecto minero en la zona, ahora nuevamente está peleando porque la población tenga acceso igualitario al agua.
El tema se agudizó durante la pasada época de sequía que, según acusaron los habitantes consultados, fue notorio en el principal punto de abastecimiento, ubicado en La Cañada, tiene a lo largo de su recorrido diferente tomas clandestinas, tiene como principal objetivo, puertas e invernaderos y que, a pesar de las constantes quejas de la población, el ayuntamiento actual no ha hecho ningún acto regulatorio.
“Sabemos que no se trata de un problema de abasto, porque en la región hay suficiente agua, lo que ocurre es que están controlando la para favorecer a ciertos grupos, mayormente ligados a la presidencia municipal, dado que está involucrado en el negocio afín a puertas e invernaderos”, confió uno de los habitantes.
Las fuentes consultadas coincidieron que esta acción de manifestación pacífica, que incluyó el cierre de calles principales del centro histórico, las instalaciones del palacio municipal, se dará ante la falta de atención y soluciones por parte del presidente municipal, quien no cumplió su palabra y ni siquiera ha dado la cara ante la ciudadanía para atender sus demandas.
Criticaron que no se haga respetar la ley en donde se plantea el acceso al vital líquido y que ya está afectando su calidad de vida, de ahí que exigieron que se tomen las medidas para resolver esta problemática, acorde a lo estipulado en el artículo cuatro de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos.
Los habitantes señalaron que por las implicaciones que tiene esta toma pacífica del ayuntamiento, antes de esta manifestación, pidieron a los funcionarios que se encontraba dejaron las instalaciones. Solamente se hicieron acompañar de cartulinas en las que se puede leer: “queremos al presidente”.
Los ciudadanos están visiblemente molestos, a tal punto de que – aunque no se trató de diferentes fuentes – todos proferían insultos hacia la actual presidente municipal, principalmente porque no ha tenido problemas como el ordenamiento vial, la basura, el basurero, seguridad, ahora el agua y que sólo describen el hartazgo de la población: “por eso no votamos por él, demostró que es un inepto”, coincidieron.