Falta de pago desde enero de este año, desinterés en las nuevas generaciones por preservar las técnicas ancestrales y por parte de autoridades ponen en riesgo la continuidad de la labor que realizan terapeutas tradicionales en módulos de medicina tradicional en la Sierra Nororiental de Puebla, según se desprende de la conversación con Teresa González, terapeuta tradicional en este municipio: “no queremos que desaparezca la medicina tradicional”, apuntó.
Y es que, aunque desde el año pasado plantearon la situación, no han recibido ningún recurso, además de que carecen de seguro social, algún tipo de prestación, además de que les pagan 50 pesos por consulta (desde hace más de 10 años) y, en lo que va del año, ni siquiera les han pagado los servicios ya brindados por ellos.
"Hay compañeras que ya tienen 20 años trabajando en el módulo de medicina tradicional, antes pagaban 20 o 30 pesos, hoy es 50 desde hace muchos años y aun así, tiene cuatro meses que no les ha llegado su pago; no sé porque los demás módulos no externan la situación que estamos pasando; lo que queremos es que nos paguen lo que ya trabajamos y también queremos que nos diga si quiere que continúen los módulos de medicina tradicional o si ya llevan a desaparecer", dijo la fuente.
Para contextuar, tan sólo en el módulo de medicina tradicional de este municipio, hay terapeutas tradicionales especialistas como hueseros, curanderas y parteras; ahí mismo se preparan los productos medicinales que se utilizarán, a partir de hierbas cultivadas por ellos mismos.
Es de destacar que los terapeutas tradicionales lo son por herencia familiar, con una antigüedad que se pierde en el tiempo. Lo que suma los cursos y talleres que recibían hasta hace unos años.
Uno de sus argumentos es que hacen bien su trabajo, tan es así que son buscados por habitantes de varios municipios y hasta de otros estados, principalmente de la ciudad y del Estado de México: "si no lo hacemos bien, incluso la medicina tradicional ya habría desaparecido; acá atendemos si se les safa (sic) un brazo, si se lastimaron la cintura, porque llevan atravesado su bebé, etc", dijo la entrevistada.
Se necesita promocionar la medicina ancestral
Mientras externaba que ven con incertidumbre y desconocimiento los cambios que trae consigo la reestructuración del sistema de salud Federal, que desaparece al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y el y el fortalecimiento del programa "IMSS-Bienestar", la reconocida terapeuta señaló que otro de los retos que enfrentan es que no cuentan con la promoción suficiente.
Además de la falta de pagos, lo que suma el desinterés que hay por las nuevas generaciones hacia esta medicina y que han optado, cada vez más, por la medicina ofrecida en los hospitales: “siento como que quiere que nos salgamos de esta forma de medicina, la cosa no es así; lo que importa es que hablen con nosotros y que nos digan el futuro de lo que nos espera y que no solamente usen los martes ciudadanos para aparecer en la foto… como ellos son asalariados no les importa y ni siquiera se preocupan por nosotros, si supieran todo lo que tenemos que enfrentar.
De ahí que su petición al gobierno del Estado sea que les paguen, que los ayuden en la difusión de esta forma de medicina ancestral para que no se pierdan esas tradiciones: "es algo muy bonito, por eso pedimos que están conscientes con nosotros, que nos tomen en cuenta; en este municipio hay personas con 20 o 25 años trabajando en este sistema de salud, aunque los saberes son muy antiguos, transmitido de generación en generación:
“Yo escuchaba mis abuelos y abuelas que decían que llevarían a una persona con un curandero, con una partera, que le hicieron una limpia, es algo como que crecimos toda la vida… le pedimos al gobierno que no dejen que se pierda la medicina tradicional", pidió.
Ya con la confianza de la entrevista, incluso compartió que todos los que colaboran en el módulo de atención se ven como una familia y comparten incluso los alimentos, aunque sea algo sencillo. Incluso, aún con los pocos ingresos que le representa el ejercicio de estos saberes ancestrales en su comunidad, poco a poco, juntaron lo necesario para, todos juntos, viajar para hacer un ritual en la playa, el año pasado.
Lo que contrasta cuando compartió que, con el atraso de estos cinco meses, no ha tenido el recurso necesario para poder sufragar los gastos que le representa atenderse de una cirugía que forman parte de su tratamiento oncológico; el tiempo está en su contra, la fecha es el próximo 3 de junio y como no se esperó que el retraso fuera de tanto tiempo, ahora se ve presionada para acudir a esa cita médica.