Miles dan el último adiós al alcalde de Huitzilan, asesinado por un comando

Édgar Joaquín Barrios Reyna

  · sábado 14 de octubre de 2017

HUITZILAN DE SERDÁN, Pue.- Al grito de "justicia" y "¡Manuel,en el pueblo vivirás eternamente", una gran cantidad deantorchistas despidieron la tarde del viernes al alcalde ManuelHernández Pasión en un conjunto de actividades que se llevaron acabo desde la mañana y hasta la tarde, donde se vivieron momentosmuy emotivos.

Desde muy temprano, las calles de este municipio se tiñeron debanderas rojas que portaban los antorchistas que se dieron cita enla procesión que salió de su casa y se dirigió al AuditorioMunicipal, donde momentos después sería llevado rumbo a lacelebración de cuerpo presente que le daría la despedida antes dellegar al panteón.

El humo de un sahumerio negro abría paso al cortejo fúnebre. Apocos metros, los familiares cargaban una cruz de madera que dabapaso a un contingente que cargaba el ataúd de color cedro que seperdía entre los paraguas, las banderas rojas y la larga fila deseres humanos.

Las cuentas dicen que eran más de 40 mil las almas que seencontraban allí. Las oficiales dicen que son 50 mil, de todos losrincones del país.

"Exigimos justicia", era el clamor que se sentía. A momentos,una lona con la leyenda "morir por Antorcha no es morir, morir porAntorcha es vivir" abría el contingente de miembros de estemovimiento que procedían de prácticamente todos los estados.

El auditorio estaba repleto y los mariachis le dieron un toquede nostalgia. A ratos, se sentía la despedida a un héroe.

En el barullo de la gente se escuchaba la sentencia de acusarque se trataba de un crimen político. La proclama másemblemática: "El rojo, gota a gota, va naciendo con Antorcha.Manuel Hernández Pasión, presidente municipal antorchista,víctima de un crimen político. Donde quiera que esté debe saberque no descansaremos y podremos todo nuestro empeño y coraje parahacerle justicia".

Las condolencias llegaban de prácticamente todo el país y laexigencia de que se castigue a los autores intelectuales ymateriales del asesinato, ocurrido el pasado 10 de octubre, era elreclamo más sentido.

Ni la llovizna detuvo al contingente. Había asistentes jóvenesy ancianos, con flores y con velas, con sombrero o con coronas deflores, con rezos y hasta con diálogos en idiomas que parecíannáhuatl. Las proclamas y las porras. Así hasta decir el últimoadiós.