Con la llegada del quinto viernes de Cuaresma, inicia la feria de Tepeyahualco, un pueblo, dedicado a la elaboración de calzado, donde veneran la imagen de Jesús de Nazaret, a la cual acuden a visitar 150 peregrinaciones de distintas regiones y estados, sumando aproximadamente 40 mil asistentes.
Las actividades culturales y religiosas iniciaron desde el jueves y para el viernes se calcula la mayor concentración de peregrinos. La festividad culminará la hasta el domingo.
En esta comunidad se degustan como platillo típico las tortitas de camarón en salsa roja, frutas de temporada de la región, como pitahayas y anonas, además los visitantes pueden elegir entre una gran variedad de calzado debido a que este lugar es característico por su elaboración.
En entrevista, Víctor Manuel Medrano, originario de este lugar, compartió la historia de la imagen que veneran en Tepeyahualco y dijo que, aunque no data de una fecha en específico, se ha venido contando de generación tras generación y es la que hasta estos días sigue prevaleciendo.
JESÚS DE NAZARET
Un grupo de mayordomos de Copala, Guerrero, iban con destino a la ciudad de Puebla, con la finalidad de restaurar la imagen de Jesús de Nazaret, pero el escultor que buscaron descubrió que la imagen no necesitaba restauración, ya que al querer repararlo le brotó sangre, entonces les dijo que estaba vivo y se arrodillaron a rezar.
De regreso, en un potrero, hoy conocido con el nombre de Nezahuala (Lugar de descanso), se sentaron a descansar los que llevaban la imagen del padre Jesús, pero al querer continuar su camino no pudieron levantar la sagrada imagen, pues les pesaba mucho, ayunaron y rezaron, sin lograr moverla.
Algunas de estas personas regresaron al pueblo de Copala para avisar lo que había sucedido con la imagen, después decidieron tratar de caminar hacia diferentes direcciones rumbo a los pueblos de los alrededores de Tepeyahualco como Santa Ana, Santa Clara y Atoyatempan, sin embargo, la sagrada imagen seguía tan pesada y sin que lograran moverla.
Por último, tomaron la dirección hacia Tepeyahualco de Cuauhtémoc, que en esa época era una pequeña ranchería y cuál sería la sorpresa que, hacia esta dirección sí pudieron mover la imagen, pero al ver que ya no les pesaba intentaron volver a tomar el camino rumbo a Copala, pero una vez más la imagen se volvió pesada.
Ante esto, decidieron avisar a los que habitaban la ranchería de Tepeyahualco lo sucedido y fueron hacia el lugar, lo cargaron con facilidad y lo trajeron a la capilla de la ranchería y llevándose, según cuenta la historia, la imagen que estaba ahí.
Otra historia relata que los habitantes de Copala se regresaron sin nada y al llegar a su destino en la iglesia estaba la misma imagen que habían dejado. Desde entonces, aunque no se sabe la fecha en que ocurrió ese relato, la tradición se ha venido contando en generación de generación, propagándose así la devoción a esta imagen.