En San Pedro Cholula no son más de diez los negocios generacionales que siguen teniendo actividades al cambio de siglo, ya que muchos de ellos cerraron al llegar a la cuarta generación de familia, pues los bisnietos prefirieron venderlos o cerrarlos.
Es así, como actualmente solo los restaurantes La Lunita, Calli, La Pirámide, Quetzalcóatl y La Enamorada, así como el bar y el hotel Reforma, son los que sobreviven, expresó el enlace de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) en este municipio, Gregorio Porras.
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El empresario local y quien es propietario de la Lunita, afirmó que en Cholula la mayoría de los restaurantes ya no son generacionales o longevos, porque los “tiempos cambiaron”.
En su caso, ha conservado su negocio, que en el siglo pasado se llamó “Parada Obligatoria” porque en su momento su abuelo y su padre, y ahora él y su hijo, lo mantienen a flote, pese a los cambios que ha tenido San Pedro Cholula a lo largo de su historia.
Admitió que ahora hay más comercios en este municipio que es Pueblo Mágico de Puebla, más de dos mil de diferentes giros y entre ellos más de 60 restaurantes, pero son pocos los que tienen años de historia.
En su caso, resaltó que la Lunita tiene 83 años, mientras que el bar y hotel Reforma, donde este último es el primer lugar hospedaje que tuvo San Pedro Cholula, rondan en los 86 años.
Entre la corta lista, ingresó el restaurante La Enamorada que tiene una historia más reciente, pero peculiar, porque fue sede de filmación de una película de cine mexicano.
“Da nostalgia que queden pocos negocios generacionales, pero estadísticamente éstos llegan a la tercera generación y de ahí ya no se sabe, porque los bisnietos ya no saben qué hacer con ellos, se aburren y los venden, y pues se pierde la cultura del esfuerzo, porque ahora los padres de esta actualidad es que les dan todo a sus hijos, para que tengan una mejor calidad de vida, pero ya no trabajan”, comentó.
Desde su negocio, que justamente goza una ubicación privilegiada por estar en contra esquina de la Gran Pirámide de Cholula y de la estación terminal del Tren Turístico Puebla-Cholula, señaló que antes del cambio de siglo, este municipio tenía más negocios familiares que de marca o franquicia.
Sin embargo, la población decidió vender sus propiedades o cambiar de giro y con ello se perdió esta tradición que está por extinguirse en San Pedro Cholula.