Doña Dominga Castillo es una de catorce damnificados afectados por el sismo del 19 de septiembre de 2017 que apoya la organización no gubernamental “De mano a mano” con la construcción de una vivienda, luego que ella no recibió ayuda del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
Doña Dominga es una habitante de la comunidad de Colucan, perteneciente al municipio de Izúcar de Matamoros, cuya vivienda sufrió afectaciones severas a consecuencia del sismo ocurrido el pasado día 19 de septiembre.
De ocupación ama de casa, dice que no recibió ayuda o apoyo del Fonden para la reparación de las viviendas, pero en su camino apareció la organización no gubernamental denominada De mano a Mano, que revisó su condición económica, la condición física de su vivienda.
Después y en voz de los representantes, como Lizeth Castro, Guillermo serrano y Paulina Feria, le comunicaron que ella fue seleccionada para recibir una vivienda totalmente nueva, beneficio que llegó en una primera etapa para catorce más, con el respaldo de voluntarios, pero lo principal, la colaboración de la Iniciativa Privada (IP).
La historia de doña Dominga es similar a la de don Juan, un hombre de edad avanzada que carece de recursos económicos para la reparación de su vivienda, pero su situación cambiará en el segundo paquetes de viviendas que serán edificadas y dotadas para dieciocho familias.
La coordinadora de Relaciones Institucionales de la Fundación de Mano a Mano, Paulina Feria informó que “están en proceso de sustitución dieciocho casas para igual número de familias de la comunidad de Colucan, que estarán listas en el mes de abril de 2018”.
El trabajo y atención de la fundación va más allá de dotar de vivienda, también se dota de ropa, atención médica, educación e higiene, dotación de trastes, de calzado, pero también que haya gente que les de aliento para salir adelante, lo cual ha sido evidente y participante, añadió Paulina Feria.
Expuso que el día del sismo y posteriores a este, salió de su casa con su hija, después vino y vio la realidad: su vivienda estaba severamente afectada, pero sin dinero, era imposible repararla, pero “gracias a Dios, aparecieron gente de esta fundación que nos ha apoyado”.
Pero historias como estas son varias, un caso más es el de don Roberto Cardoso, habitante de la colonia El Mirador a quien censaron su vivienda y no ha podido reconstruirla hasta que junte algo de dinero. Él, de momento, vive a un costado del predio afectado en un cuarto rústico y provisional.