La inversión en Huauchinango para el saneamiento de las presas, Necaxa y Tenango, es una asignatura pendiente por parte de los organismos, federales, estatales y municipales, según lo recomendado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y a las gestiones municipales 2021-2024.
A la mitad de este año, el organismo Comisión Nacional de los Derechos Humanos recomendó a las instituciones gubernamentales realizar acciones para sanear los vasos, Necaxa y Tenango, ambos en la Cuenca Hidrográfica del río Necaxa, debido a que se han ocasionado una notable contaminación, causada por descargas de aguas residuales sin tratamiento.
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Fue mediante el documento 126/2024 por el que, el organismo defensor de los derechos explicó que, derivado de una queja presentada en el año 2021, emprendió una investigación sobre la contaminación de la presa de Necaxa a raíz de descargas de aguas residuales sin tratamiento previo.
En su momento, las gestiones en turno como, Huauchinango y Juan Galindo, reconocieron que no cuentan con los recursos suficientes para emprender acciones que ayuden a mitigar la contaminación en el vaso que forma parte del complejo hidroeléctrico Necaxa y asignaron que la tarea, también corresponde a las autoridades federales.
Tras una investigación de la CNDH acreditó la violación a los derechos humanos a un medio ambiente sano y al saneamiento del agua, por lo que emitió una serie de recomendaciones a los entes involucrados.
En el periodo gubernamental conocido como el “Morenovallismo”, con la consigna de sanear la presa de Necaxa se invirtieron más de 200 millones de pesos entre Huauchinango y Juan Galindo, en plantas de tratamiento de aguas residuales, mismas que han permanecidos inoperantes por la ilegalidad en la que se construyeron y por la falta de inversión de los gobiernos.
Planta de Huauchinango
En el mes de mayo del año 2018 se inauguró la planta tratadora de aguas residuales de Huauchinango, está ubicada en un paraje del conocido como “Camino al sifón” a un costado del río Necaxa. Nunca ha funcionado.
En el proyecto se invirtieron 162 millones de pesos por parte del gobierno de Rafael Moreno Valle y del gobierno de, José Antonio Gali Fayad, éste último fue quien acudió a inaugurarla, junto con el presidente municipal en funciones, Gabriel Alvarado Lorenzo, el segundo fue el que, a nombre del ayuntamiento aportó el terreno.
Cabe destacar que la citada planta tratadora de aguas residuales fue clausurada en dos ocasiones por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), dado que, pese a varias supervisiones, ésta no cuenta con los respectivos permisos ambientales para su edificación; pese a lo anterior la obra no paró, se culminó y se inauguró, sin que llegara a operar.
Planta tratadora de Juan Galindo
La plata tratadora de aguas residuales está ubicada a un costado de una escuela secundaria y frente a que ahora es el Banco del Bienestar, a unos cuantos metros de la presa de Necaxa; al igual que la planta de Huauchinango fue construida en el mismo periodo gubernamental, con un monto de casi 40 millones de pesos.
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El proyecto se financió con 12 millones de pesos, con lo que se adquirió operativo de la planta tratadora de aguas residuales; después vino una inversión de 13 millones para los colectores marginales, después se invirtieron poco más de 13 millones para la obra civil, donde se instaló la infraestructura, aunque en esa obra quedaron mil 500 metros pendientes de colectores que en el Gamito 2.
El ayuntamiento en funciones no hizo ninguna aportación, en ese momento lo presidía Luis Gerardo Martínez Gómez, en la actualidad secretario general del ayuntamiento de Huauchinango, quien terminó sus funciones con la operación de la planta y descargando aguas tratadas a la presa de Necaxa.
En el año 2018 llegó al poder Carlos Gilberto Garrido Torres, quien decidió dejar de operar la planta sin que diera ningún argumento a la opinión pública, después llegó a la presidencia Maximino Muñoz Vázquez, quien tampoco puso en operaciones el sistema y así van casi seis años.
Vías de la contaminación
Las aguas negras provienen de la junta auxiliar de Papatlazolco en Huauchinango de una toma cercana al panteón del poblado a la presa de Tenango y de la descarga norte (cercana al estadio 14 de Diciembre) en la cabecera del municipio de Juan Galindo a la presa de Necaxa, por lo que deben ser atendidas a la brevedad.
Recapitulando
Desde hace más de 20 años el tema ha sido bandera política, en aquel entonces, del PRI y del PAN, cada candidato a la diputación local o federal habla de la contaminación y también algunos abanderados a la presidencia municipal.
Sobre el caso se llegó a hacer grupos de trabajo en los que se incluyeron los ayuntamientos y los organismos operadores de agua potable de los municipios de Huauchinango, Juan Galindo, Zacatlán, Chignahuapan y Xicotepec.
El objetivo del Frente de Trabajo es integrar un diagnóstico integral de la Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa y establecer los mecanismos y responsabilidades de cada demarcación en su saneamiento, por ello fueron coordinados por personal de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (Ceaspue), de la Secretaría de Educación Pública, Turismo y de Salud del estado, así como funcionarios de Conagua, de ese entonces.
En aquellos tiempos, a inicios del milenio, los participantes del citado grupo consideraron “el saneamiento de esta cuenca es uno de los proyectos ambientales más importantes del gobierno del estado al que se destinará una importante inversión”.
Recursos y saneamiento
Un estudio elaborado en el año 2000, por el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sirvió como base para iniciar algunas obras de saneamiento (a partir del año 2001), a las que se destinó un presupuesto de 203 millones de pesos, según datos entregados a este medio por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en aquel entonces.
Al proyecto se le denominó: “Saneamiento Integral de la Zona Hidrológica de Necaxa” y sólo se emplearon 127.27 millones de pesos de la cantidad presupuestada. Lo que no explicó la dependencia en aquel entonces, es en manos de quién quedó el resto de los recursos (más de 75 millones de pesos), ni por qué las obras programadas no se concluyeron.
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En cambio, en esa información pasada, la dependencia federal, manifestó que la instalación de los colectores marginales y las plantas de tratamiento de aguas residuales en los que se emplearía está coinversión de recursos federales y estatales, “fueron licitados y adjudicados por el gobierno del estado y ejecutadas a través de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de Puebla” durante el sexenio de Mario Marín Torres.