Las pinturas en Texcalpinto, una demarcación en el municipio de Tochimilco, confirma la importancia de la lluvia y la agricultura para las culturas azteca y mixteca asentadas en territorio poblano, estimó el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Francisco Mendiola.
A propósito de la reciente difusión de imágenes en piedras en la comunidad de Alpanocan, en el municipio de Tochimilco, el arqueólogo resaltó que fue en el año 1943 que dos antropólogos reconocidos en México, Antonieta Espejo y Robert H. Barlow, descubrieron las primeras pinturas rupestres en la zona, que igual que las encontradas recientemente, son de aproximadamente mil años de antigüedad, correspondientes al postclásico tardío.
La cercanía del volcán Popocatépetl y las imágenes grabadas de Tláloc, confirman la importancia para las culturas azteca y mixteca asentadas en lo que hoy es el territorio de Puebla, del agua para la agricultura que era actividad básica para su vida, “tenemos iconografías relacionadas con Tláloc, hay bastones de Tláloc, entonces son peticiones de lluvia”, resaltó.
Además, recordó, estos rituales solían hacerse cerca de altas montañas porque éstas son sitios en los que naturalmente se producen más precipitaciones pluviales y por esta razón, continuó, era común que fueran sedes de ellos.
Por fortuna, agregó, las rocas en las que se encuentran estas pinturas rupestres, alejadas y de difícil acceso ha evitado que sean vandalizadas, alteradas con grafiti como es común, y esto ha permitido que sea más fácil su conservación y estudio hasta la actualidad.